tag:blogger.com,1999:blog-12405113219504764292024-03-05T02:54:15.399-08:00CUENTOS DESCEREBRADOSATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.comBlogger16125tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-71063583079960551432015-04-28T02:37:00.000-07:002015-07-08T02:37:14.544-07:00EL VALOR DE LA AMISTAD<h2>
ABRIL DESCEREBRADO</h2>
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ATECEA publica nueva entrada en su proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS 2015, gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, con el que damos visibilidad al Daño Cerebral Adquirido os dejamos el CUARTO cuento 2015 realizado con Oscar Otín.</h3>
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EL VALOR DE LA AMISTAD</h2>
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Miguel abrió los ojos, se levantó y fue al cuarto de baño, se miró al espejo y no se reconocía. Volvió a echarse en la cama y repasó su cuerpo con las patas delanteras para asegurarse de que no le faltaba ningún miembro. Por suerte no le faltaba ninguno. Después se palpó la cabeza y comprobó que la tenía toda ella envuelta con una venda. Le dolía horrores y decidió quedarse quieto. Como no tenía nada mejor que hacer, se propuso recordar lo que había sucedido para llegar a la situación en la que se encontraba: “Él era uno de los últimos linces que había en los bosques de España. Su padre había muerto hacía años. Solo le quedaban: su madre, el padre de ésta y dos hermanos. Uno era mellizo y el otro más pequeño. Su abuelo materno se ganaba la vida viajando con su pequeña familia, de feria en feria, como piloto acrobático; y su madre, de contorsionista. Cuando estalló la Guerra Civil española, Miguel y su hermano se vieron forzados a alistarse en el bando Nacional. Por esto y porque había estudiado mecánica de vehículos, éste se hizo aviador y, como primer destino, lo mandaron a la base aérea de Zaragoza. Un día salió en un vuelo de rutina para inspeccionar los movimientos de las tropas enemigas. De repente, sintió que por detrás de él, alguien le disparaba una ráfaga. Giró la cabeza y vio a dos aviones modelo “Junkers G 24/K30” del bando Republicano que se abalanzaban desde arriba contra él acribillándole a balazos. Hizo un looping (rizo), con su Caza bombardero ligero “Heinkel He 51”, y se dejó caer en barrena a toda velocidad girando su aparato sobre sí mismo, mientras se aproximaba vertiginosamente hacia el suelo. Cuando le faltaban unos cientos de metros para estrellarse, tiró de la palanca de mando hasta recuperar la posición normal del avión. Volvió a mirar hacia atrás y comprobó que todavía tenía a sus enemigos pegados a su cola. Entonces, viendo que con aquella maniobra no había conseguido su propósito, decidió poner en práctica algunas de las piruetas acrobáticas que le había visto realizar a su abuelo en sus exhibiciones: Empezó con la maniobra Chandelle. Después la combinó con una hoja de trébol. Seguidamente realizó la maniobra Lomcovák y ésta la enlazó con un ocho perezoso y más tarde con un Tonel rápido negativo bajando. Para finalizar, pensó que haciendo un Humpty Bump y un Knife flight o (vuelo a cuchillo), que consiste en volar con las alas en plano vertical y recuperando la posición normal del aparato, haría el giro Immelmann para colocarse en la cola de sus enemigos y abatirlos. Así lo consiguió. Cuando los tuvo a tiro, apretó el gatillo de su ametralladora con fuerza hasta que los dos aviones empezaron a echar humo de sus motores. Suspirando de alivio, los siguió con la vista en su caída, pero no sintió alegría de haberlos derribado. Muy al contrario, era consciente de que había matado a dos seres que como él, habían sido forzados a luchar en una guerra que no les concernía en absoluto. Sin saber a ciencia cierta el motivo por el que tenían que matarse el uno al otro. Miguel observó cómo los dos pilotos se lanzaban en paracaídas mientras sus aparatos seguían cayendo hasta que por fin, en una gran bola de fuego se desintegraban. Sacó sus prismáticos y los observó mientras los dos linces descendían suavemente. No podía ser –se dijo−, a aquellos dos supuestos enemigos los conocía. Uno se llamaba Juan Luis y el otro Sergio, dos de sus mejores amigos con los que a menudo practicaba barranquismo. Decidió echarles una mano porque allá donde iban a caer, era territorio Nacional y en cuanto los cogieran, los matarían con toda seguridad. De modo que, a toda prisa aterrizó justo donde se preveía que iban a caer. Y cuando llegaron sus amigos, se abrazaron calurosamente. Sin pérdida de tiempo, les propuso montar en su avión para llevarlos a un territorio más seguro para ellos. Tras aterrizar, los dejaría marchar con los suyos. Así lo hicieron. A toda prisa subieron los tres al avión y cuando llegaron a Otín, pueblo que está a poca distancia de Rodellar, aterrizó. Con premura, Juan Luis y Sergio bajaron del aparato pero, no le dio tiempo a despegar; a Miguel lo hicieron prisionero. Lo llevaron al calabozo a la espera de recibir órdenes del mando superior para saber si lo tenían que fusilar o trasladarlo al Cuartel General hasta que terminase la contienda. Mucho antes de que llegase la orden, sus amigos decidieron dejarlo escapar. Fue al segundo día de estar allí. Era una noche sin luna, llovía. Después de dejar sin sentido al centinela que lo custodiaba: abrieron el calabozo, le dieron una mochila llena de provisiones, ropa, cuerdas, mosquetones, un ocho para hacer rápel, un excelente mosquetón “Lee-Enfield inglés. Calibre .303”, con abundante munición y una linterna. Y sin pérdida de tiempo, se dieron la mano y nuestro héroe desapareció internándose en la oscuridad de la noche.</div>
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Miguel conocía aquella zona a la perfección. No en balde había nacido allí y había practicado el barranquismo en multitud de ocasiones por todos y cada uno de sus ríos. Su pretensión era llegar a Zaragoza pero no podía ir en línea recta porque todo aquel territorio estaba infestado de milicianos de la columna Martínez de Aragón. Decidió ir por las montañas hasta el Salto de Roldán. Después trataría de llegar al embalse de Arguís y una vez allí, bajar por el cauce del río hasta Huesca. Si conseguía llegar, estaría salvado porque esa ciudad oscense pertenecía al grupo sublevado. Pero no fue así. Hizo todo el viaje por las montañas y a campo través hasta llegar a Zaragoza. Viajaba de noche y durante el día procuraba descansar. Bajó barrancos, escaló paredes, subió montañas, estuvo en multitud de ocasiones al borde de la muerte, se internó en profundas grutas en donde, en una de ellas conoció a una bruja muy poderosa a la que salvó la vida y que en agradecimiento, le dijo que si algún día necesitaba ayuda, no dudara en pedírselo. Que con mucho gusto haría por él lo que hiciera falta… En fin, después de todos estos acontecimientos; una noche, al llegar a Zuera cogió una bicicleta y salió del pueblo a todo correr en dirección a la capital aragonesa, procurando evitar las carreteras principales.</div>
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Llegó a la ciudad de madrugada. Tuvo que dar un rodeo porque estaba sitiada. Entró por la carretera de Fuentes de Ebro pero, tuvo tan mala suerte que, al cruzar la avenida Miguel Servet, un coche lo atropelló. El fuerte golpe recibido lo lanzó contra la vitrina de una tienda, rompiendo el cristal con la cabeza. Miguel cayó al suelo muerto. Tenía un traumatismo cráneo encefálico severo y parada cardio-respiratoria. El hipopótamo que lo atropelló, llamó rápidamente a los bomberos, los cuales se presentaron allí en 5 minutos. Al ver la situación del herido, le pusieron una inyección de adrenalina y le practicaron el masaje cardiaco. Una vez estabilizado, se lo llevaron urgentemente al Hospital Miguel Servet. En total estuvo 9 minutos muerto. Un poco más y no lo hubiera contado. Viendo la gravedad de sus lesiones, los médicos le provocaron el coma inducido por 2 meses”. Cuando su estado mejoró y después de que Miguel saliera del coma, abrió otra vez los ojos y allí estaban sus amigos: Juan Luis y Sergio que habían desertado del ejército. Con el tiempo, los dos se hicieron enfermeros con la especialidad de terapia ocupacional para poderle echar una mano a su querido amigo.</div>
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Gracias a la extraordinaria fortaleza que tenía, y gracias a la ayuda moral y física que le bridaron Juan Luis y Sergio, Miguel se recuperaba con gran rapidez del desafortunado accidente. También la familia, sus amigos de toda la vida y el hipopótamo que lo atropelló tuvieron mucho que ver en la pronta recuperación del mismo. La verdad es que Miguel era un lince que se hacía querer por sus congéneres pues, tenía un alto sentido de la amistad.</div>
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Aunque su restablecimiento fue formidable; sin embargo, le quedaron secuelas que le imposibilitaba volver a volar. Y en cuanto la Guerra Civil española terminó, le otorgaron la medalla al valor y le dieron la invalidez absoluta. No obstante, él no dejó en ningún momento de ayudar en lo que estuviera en su mano a los demás. Quería sentirse útil. Se alistó como voluntario en una escuela para aviadores, cuyo nombre era Atecea. Y allí daba clases a los nuevos aspirantes a pilotos de combate. De esa manera tenía la oportunidad de volver a volar y surcar el cielo. Mientras volaba, él se sentía libre de todas las ataduras e impedimentos que aquel terrible accidente le ocasionó. Allí arriba era como un pájaro, podía hacer todo lo que se le antojara y por ello, se entregó en cuerpo y alma a su afición. Por otra parte, Miguel era un lince muy inquieto y no paraba de leer, consideraba que el conocimiento era muy importante. No solo para cultivarse a sí mismo, sino porque solo cuando uno tiene el conocimiento lo puede transmitir a los demás. Para él, el saber era una herramienta maravillosa con la que podía trasformar el mundo.</div>
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Un día, mientras estaba ejerciendo sus deberes como instructor de vuelo, recordó las palabras de la maga a la que le salvó la vida en la Sierra de Guara, y pensó: “¿Y si le pido a la bruja que me convierta en un pájaro?”. Esta idea fue tomando consistencia en su cabeza, hasta que se decidió a dar el paso. ¿Qué podía perder?, −se decía−. Y así fue, se presentó de nuevo en la cueva donde vivía la meiga, le explicó lo que quería y la hechicera preparó el brebaje para saldar la deuda que había contraído con el lince. Una vez hecha la pócima, Miguel se la tomó y a los pocos minutos, se vio convertido en una hermosa águila real. Salió de la gruta volando y volvió a poner en práctica todas las piruetas que su abuelo materno le enseñó. Y era tan indescriptible su alegría, que no hay palabras para poderlo narrar. Aquel día regresó en un vuelo a Zaragoza y explicó a todos lo que había ocurrido. Aunque, en un primer momento no daban crédito a lo que estaban oyendo, después de descubrirles secretos de su infancia que solo él podía saber, todos quedaron convencidos de la verdad. Solo había una cosa que les inquietaba: y era el hecho de que a partir de entonces los mundos de Miguel, su familia y sus amigos se había dividido. Y solo Dios podía saber qué era lo que el futuro les deparaba. Pero esto, ya es otra historia.</div>
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FIN</div>
ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-16668500938134418882015-03-25T02:37:00.000-07:002015-05-15T02:40:32.003-07:00EL CORAZÓN DE ALEJANDRA<h2>
MARZO DESCEREBRADO</h2>
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ATECEA publica nueva entrada en su proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS 2015, gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, con el que damos visibilidad al Daño Cerebral Adquirido os dejamos el TERCER cuento 2015 realizado con Teresa Colón.</h3>
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EL CORAZÓN DE ALEJANDRA</h2>
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Cuenta una antigua leyenda que en Alcañiz un viejo brujo se enamoró perdidamente de una bella dama. Al no ser correspondido, le dio a beber un brebaje para que la joven quedara prendada de sus raros encantos. Y digo raros por prudencia; no quisiera asustar a los que, inocentemente, pudieran estar leyendo esta terrible historia. La verdad es que su aspecto era monstruoso. En fin, para que se hagan una idea y, como dato histórico por si algún día la ciencia decide investigar sobre los acontecimientos que a continuación voy a relatar, describiré a dicho personaje aunque omitiendo lo más espantoso, por pudor: Tenía una joroba triple en la espalda, una encima de la otra. La segunda, un poco ladeada a la izquierda si lo mirabas de frente. Y coronando a ésta, otra joroba en forma de seta. Adornaba su cara una nariz prominente que, cuando la movía, más parecía un pimiento blandiendo el viento que una napia. Su boca estaba habitaba por un escueto diente que, por su aspecto, daba la impresión de estar de luto porque su atuendo era negro como un pecado. Como consecuencia de haber pasado la viruela, su cara parecía un campo de rábanos recién recolectado. De pequeño tuvo un accidente en el que perdió una pierna, pero como era un tipo muy apañado, se adaptó el tronco retorcido de un olivo. Su cabeza, ¡Ay su cabeza! Padecía de hidrocefalia desde pequeñito. Con lo cual, su testa había adquirido unas proporciones monumentales. Claro está que a la bella joven se le revolvía el estómago la sola idea de que aquel viejo la pudiera ni siquiera abrazar. Como digo, le dio a beber aquella pócima que él mismo había preparado pero no surtía el efecto deseado; y probó con otro y después con otro y otro más. Pero nada, no conseguía sus fines. Viendo el hechicero que toda su ciencia no bastaba para conseguir sus objetivos, pensó en llevarla a Zaragoza en donde conocía a un colega más poderoso que él. Le dio a beber un mejunje para dormir y se la llevó en el asiento trasero de su escoba. Cuenta la leyenda que al pasar por el pueblo de Hijar, tuvo un accidente con otra escoba que salía de llenar el depósito de combustible. En aquel tiempo, el código de circulación aérea para escobas no exigía el cinturón de seguridad en la parte trasera de los vehículos biplazas. Alejandra, que así se llamaba la bella dama, salió despedida por la parte delantera del utilitario. Mientras iba volando, viendo el brujo que se iba a dar un tremendo golpe de impredecibles consecuencias al aterrizar sobre el asfalto, pronunció unas palabras mágicas y la convirtió en una tortuga. Cuando llegó al suelo, la concha la salvó de males mayores pero no pudo evitar darse un golpe en la cabeza que la dejó grogui. Además, ocurrió que con las prisas, se equivocó de sortilegio y pronunció el de efectos permanentes. Alejandra quedó convertida sin saberlo en una tortuga para siempre. Mientras todo esto ocurría, ella estaba dormida. Viendo el hechicero el resultado de su maldad, volvió volando en su escoba biplaza a Alcañiz, la dejó en su domicilio y sigilosamente desapareció por donde había venido.</div>
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Cuando llegaron los padres de Alejandra y vieron a su hija tendida en el suelo del comedor convertida en una tortuga; la recogieron asustados y la llevaron a toda prisa al hospital Veterinario Miguel Servet, de Zaragoza. Allí estuvo 8 meses ingresada hasta que recobró el conocimiento. Los médicos hicieron todo cuanto pudieron, pero aquel caso se les escapaba de sus conocimientos. Un día, antes de darle el alta médica, la reina de las ninfas del bosque de Atecea se presentó en su habitación para darle ánimos, y le dijo:</div>
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−He venido expresamente para decirte que a partir de hoy y para el resto de tu vida velaremos por ti todas las ninfas del bosque. Nunca estarás sola. Aunque no nos veas, siempre habrá alguna de nosotras que te cuidará. De modo que no desfallezcas. Cuando quieras ven a vernos que haremos por ti todo lo que esté en nuestras manos. Mejorarás de tu mal y un día, cuando la paz llegue a tu corazón, conocerás a un ser que te hará inmensamente feliz. Formarás tu propia familia y tendrás hijos. Sabemos por todo lo que has pasado. Ahora te queda un largo camino que recorrer: esfuérzate y sé valiente que nosotras estaremos siempre contigo, mi querida tortuga.</div>
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Después de decir aquellas palabras, desapareció. No hace falta decir que aquella visita llenó de alegría el corazón turbado de Alejandra insuflándole nuevas energías para enfrentarse al toro al que tenía que lidiar en un futuro no muy lejano. Debido a su nueva condición de tortuga, tendría que acostumbrarse a vivir en su nuevo cuerpo y educarlo para suplir sus necesidades. Al poco tiempo de aquello, la mandaron para casa y a partir de entonces no dejó de hacer ejercicios de recuperación: terapia ocupacional, logopedas, fisioterapia… Y siempre que le quedaba tiempo, iba a nadar a la piscina y por las noches escribía en el ordenador. En su mente sólo tenía una idea: ser independiente. Luchaba a brazo partido por conseguirlo. Después de un tiempo, las ninfas del bosque ayudaron a su madre a conseguir que la atendiera la diosa de la salud, Hígia. Que tenía una clínica en Badalona, cuyo nombre era Guttman. Allí se trasladaron las dos con la intención de hacer todo lo que fuera necesario para que Alejandra recuperara su antiguo aspecto. Al presentarse delante de la diosa; ésta le puso las manos en la cabeza y, de repente, entró en un estado de trance: empezó a dar convulsiones y espasmos. Hizo aspavientos con sus manos como si estuviera cazando moscas. Y su cuerpo se movía de una forma frenética, como si bailara al son de una música infernal que solamente ella podía oír. Después de tres cuartos de hora en aquel estado, Alejandra y su madre estaban espantadas. En un momento dado, Hígia se paró en seco, por unos segundos se hizo un silencio sepulcral, entonces, abriendo la boca dijo:</div>
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−Tengo sed.</div>
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Madre e hija se miraron estupefactas de incredulidad pues nunca se habrían imaginado que una diosa tuviese las mismas necesidades que un simple mortal. Una vez hubo saciado su sed con una lata de cocacola, Hígia les comunicó de esta manera lo que ya sospechaba por su cualidad de deidad vidente:</div>
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−Alguien, con no muy buenas intenciones, te ha hecho un trabajito mi querida niña. Un brujo con poderes extraordinarios te ha echado un conjuro perpetuo, que se dice en términos “hechiceriles”. Lo único que yo puedo hacer por ti es ayudarte a que tomes el control de tu nuevo cuerpo. Pero me temo que será imposible conseguir recuperar tu antigua condición de ser humano. Incluso para los dioses del Olimpo hay cosas que nos resultan inalcanzables de realizar, ¿sabes? De modo que esto es lo que hay. Si quieres empezamos hoy mismo. Pero, he de decirte una cosa muy importante: aquí se viene a trabajar, tanto tú como nosotros. Si crees que has venido de vacaciones, será mejor que no nos hagas perder el tiempo y te marches por dónde has venido, ¿está claro?</div>
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Aquel tono tan estricto y seco por parte de Hígia le inspiraba confianza. Alejandra sentía que había caído en el lugar indicado. Por otra parte, trabajar no le daba miedo. Es más, era lo que estaba deseando con todas sus fuerzas. Allí estuvo 8 meses adiestrando su cuerpo como si fuera un guerrero Samurái. Por las tardes se iban a la piscina madre e hija para continuar con el tratamiento y por las noches seguía escribiendo con el ordenador. Cuando ya le dieron el alta médica, tanto en el aparthotel en el que vivían como en la clínica les habían cogido mucho cariño a las dos. Su madre siempre que podía ayudaba a otras personas que estaban allí ingresadas en todo lo que podía. Al llegar a Alcañiz, sin pérdida de tiempo, fueron a hablar con las ninfas del bosque de Atecea para continuar con su recuperación. En un principio fue de forma ambulatoria, iba y venía de Alcañiz a Zaragoza casi todos los días. Hasta que, aconsejada por la reina de las ninfas, retomó sus estudios. En aquel tiempo realizó varios trabajos: primero en la EXPO de Zaragoza como hada madrina. Después como auxiliar administrativo en el despacho de una pitonisa y, finalmente, consiguió entrar como aprendiz de ninfa en el hospital Palafox para aburridos con demasiado tiempo libre. Aquí fue muy feliz porque le hacía ser útil a la sociedad además de ser independiente. Alejandra era toda una luchadora y no quería vivir a costa de nadie. Ella consideraba que lo que había vivido hasta aquel momento era una experiencia muy dolorosa, pero aquello le había servido para ser mejor de lo que ya era. A pesar de todo, decía ella:</div>
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−ser tortuga me gusta: aunque la vida corre más veloz que yo, he aceptado de buen grado que mi ritmo es otro. Que mi comida es otra, que mis gustos son otros, etc. Y le saco el máximo partido a las capacidades que un animal como yo, tiene. −Llegado ese momento, un día se armó de valor y le dijo a su antiguo novio:</div>
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−Mira Nicodemo: yo ya no soy la misma de antes, ahora soy de otra especie que tú. La situación ha cambiado completamente. Yo soy una tortuga y tú eres un hombre. Yo no te puedo seguir en tus gustos y tampoco quiero que estés conmigo por compasión. A ti te gusta subir a la montaña, caminar rápido y yo no puedo. ¿Qué te parece si terminamos con lo nuestro?</div>
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Nicodemo, bajando la cabeza se lo pensó por unos segundos que parecieron eternos. Después de los cuales, dijo:</div>
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−Sí, tienes razón. Lo mejor es que lo dejemos estar.</div>
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A pesar de que Alejandra tenía claro lo que estaba haciendo, la respuesta de su novio le partió el corazón. Era un buen chico. Los mejores años de su vida los pasó con él. De él guardaba recuerdos imborrables. Durante toda la recuperación había estado acompañándola. No la dejó ni un momento, incluso fue alguna vez a verla cuando estuvo en Badalona. No tenía nada que reprocharle en ese sentido. Pero, Alejandra consideraba que las circunstancias habían cambiado notablemente y había que tomar esta decisión por dolorosa que fuera. Y decidió hacerlo con una pregunta, para que fuera él quien diera el paso. Ella se la puso en bandeja y él aceptó el envite. Nunca más se vieron.</div>
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Y cuentan los que la conocieron, que se casó con un ser divino, como ella. Tuvo dos tortugas preciosas y fue muy feliz. Y dicen los que saben de esta leyenda que con el tiempo llegó a ser una ninfa del Ebro. Y cuentan que, a veces, en los días apacibles, se la puede oír cantando en la orilla del río, frente al Pilar. Y si se presta un poco de atención, incluso se la puede ver bailando encima del agua. Y se rumorea que,para todos los transeúntes que pasean tristes por la orilla del Ebro, ella siempre tiene una palabra de consuelo.</div>
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FIN</div>
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ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-74987642358061844122015-02-24T02:34:00.000-08:002015-07-08T02:29:03.011-07:00EL SUEÑO DE MOISÉS<h2>
FEBRERO DESCEREBRADO</h2>
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ATECEA publica nueva entrada en su proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS 2015, gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, con el que damos visibilidad al Daño Cerebral Adquirido os dejamos el SEGUNDO cuento 2015 realizado con Jesús Ponz.</h3>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaVyFOoHIPUDWs3ZrIiq_H7QkKTGt0ZEcbKS2C3LS6n0qs-4ZkreliAWT7EJOKlwfeGsgDDLTvAVE0HFs_QX5NDwhhI_vEeAL-uRyJckkeJfMfd-HESge20__S1jdhOUClj4Asc7s-UqKi/s1600/Jesus+Ponz.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaVyFOoHIPUDWs3ZrIiq_H7QkKTGt0ZEcbKS2C3LS6n0qs-4ZkreliAWT7EJOKlwfeGsgDDLTvAVE0HFs_QX5NDwhhI_vEeAL-uRyJckkeJfMfd-HESge20__S1jdhOUClj4Asc7s-UqKi/s320/Jesus+Ponz.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Jesús Ponz</td></tr>
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EL SUEÑO DE MOISÉS</h2>
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Había una vez un gato alcañizano que deseaba ser un hombre. Un día, estando observando la luna encima de un tejado, le entró un extraño sopor que lo dejó dormitando tendido bajo una teja al borde de una pared que daba a un callejón. Aquella misma noche, Moisés, que así se llamaba el sujeto, tuvo un sueño que le iba a cambiar la vida. Esto fue lo que soñó el minino:</div>
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−“Se vio convertido de repente en un niño que estaba de pie a la orilla del mar. Frente a él, un sendero ascendía hacia un lejano monte. En la cima del mismo se podía divisar un cartel en el que se adivinaba un texto que no alcanzaba a leer debido a la distancia. Abriéndose paso entre una espesa maleza y una accidentada geografía, sin dejar rastro, iban transitando por él multitud de seres sin rostro. Una voz misteriosa surgida del propio camino le decía: “’ ¡Ven!”.</div>
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Pero Moisés pensó:</div>
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−Como no tengo nada mejor que hacer, iré.</div>
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Arrancó a caminar sendero arriba. La luna, su amada luna llena, le sonreía. Detrás de él, el mar. Sembrados en los márgenes del sendero, arracimadas cruces crecían de todos los tamaños. Cuanto más caminaba, más se empinaba la cuesta. Sin embargo, sentía que no era feliz. Pasaron trece años en un segundo. En un momento dado, una fuerza ajena a él le empujó dentro de un Monasterio en donde se oían cantos gregorianos. Y pensó:</div>
<div style="text-align: justify;">
− ¿Qué hago yo aquí?, ¿cómo he entrado en este sitio si a mí no me gustan los espacios cerrados? Pero me gusta la música que oigo −se dijo−, y me gusta el olor de este lugar, −pensó.</div>
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Así que decidió quedarse por un período de tiempo indeterminado. Cierto día cruzó por el lugar un tren pitando, pintado de plata y plomo. Aunque su sonido era normal, el pitido pronunciaba palabras repitiendo siempre el mismo estribillo: “¡Vive, vive, vive!”. Tenía 22 años cuando Moisés se dijo:</div>
<div style="text-align: justify;">
−Estoy fatigado de estar enclaustrado. Aunque aprendí muchas cosas aquí, ahora quiero vivir mi propia vida. Ahora que soy un hombre y todavía puedo serlo, −Y ascendió a su tren y éste le sonreía.</div>
<div style="text-align: justify;">
Continuó subiendo a contrapelo por su dificultosa cuesta. A medida que ascendía, se cruzaba con más cruces, pero Moisés tenía la mirada claramente clavada en la cima de la montaña que se divisaba allá, en donde tierra y cielo se besan. Entonces, un día templado llegó a una fuente fría, a los pies de una sabina llameante y gritó a los cuatro vientos:</div>
<div style="text-align: justify;">
− ¡Tengo sed!</div>
<div style="text-align: justify;">
Bebió hasta quedar ahíto, de momento. Colmada su mochila del crudo néctar del árbol flamígero, cumplimentó su cantimplora de aquel río de vida por si le atrapaban las sombras en su largo día sin descanso. Moisés era un hombre precavido. A su paso, se le acostaban peregrinos que le repetían: “dadnos de beber de esa agua tuya, por los clavos de Cristo”. Y él les daba aunque sin perder el paso. Y sin extraviar el piso, pasó por la orilla de una gran ciudad y se bañó en sus aguas. Por 3 años permaneció allí, alimentándose del fruto prohibido para apagar su sed de momento y abrevó su recipiente. Un día, una ardilla le dijo: “Largo es el camino y corto el tiempo. No trabes el ritmo”. Entonces, Moisés volvió a subir a su tren. Tras embocar su cruz, tres pájaros se le asociaron. Al cabo del tiempo, uno de ellos quiso pasarse de listo y tuvo que cortarle el pico y después a otro y a otro más. Entonces, con desasosiego Moisés exclamó:</div>
<div style="text-align: justify;">
−“¡Buey solo bien se lame!”.</div>
<div style="text-align: justify;">
Y como una araña, continuó trepando por sus paredes tristemente sólo. Sentía un inmenso desamparo dentro de sí, aunque ya era suficiente. De pronto y sin poderlo evitar, se excedió al coger impulso para saltar un río y, tan largo dio el brinco, que se presentó en el país de los arios. Una vez allí, se dijo: “Ya que estoy aquí, ingeriré con fruición este líquido sagrado”. Y se sació hasta quedar repleto, de momento. Y trasegaba a sus congéneres que, sedientos, le imploraban: “Dadnos de beber de tu cantimplora, por la corona de espinas de Cristo”. Mucho tiempo pasó allí. Mucho le gustaba aquel sitio pero, su camino era otro y retornó a su cauce ascendente. Tras caminar cientos de millas por su poblado desierto, se alistó en las filas de un convento para amerar la sed de sus paisanos con su líquido elemento. 25 años allí le dejaron tieso. Sus alforjas quedaron secas como la mojama, por eso se sentía satisfecho. Allí conoció al amor de su vida, Priscila. Era ella musicóloga de los humanos cuerpos, restablecía la armonía de sus instrumentos. Los dos juntos le cantaban a la luna. Y él; para impresionarla, le hablaba de filosofía, de música, de física, de informática y ella, ella le recitaba secretas poesías. Moisés se olvidó de su camino. Se casaron y tuvieron dos soles y fueron cuatro llamas, dos incendios y dos teas, cuatro fuegos que se avivaban con el viento. Él la amaba inmensamente. Ella lo adoraba. Su casa era un océano inagotable. Pero su destino no le olvidaba, y continuamente le repetía: “’ ¡Ven, ven, ven!”, de una manera endiablada. Pero él no quería, y a menudo le gritaba:</div>
<div style="text-align: justify;">
− ¡Cállate, no quiero oírte. Déjame en paz porque ahora soy feliz. No quiero volver al camino. Me has hecho daño. He vivido todo este tiempo deshabitado. Sin nadie que me quisiera y ahora que he encontrado la felicidad junto a mi amada, me dices que la deje. ¡No! Me rindo, no quiero seguir!</div>
<div style="text-align: justify;">
Y su destino le increpaba:</div>
<div style="text-align: justify;">
− ¡Tú me imploraste, tú. Tú quisiste ser un hombre y aquí lo tienes. Ahora te echas atrás como un niño, ¿verdad? ¿Por cuánto tiempo tendré que soportarte? ¡Gallina! Acepta lo que pediste de una vez por todas. ¡Me tienes harto! Pedís las cosas y cuando atiendo vuestras súplicas, os arrepentís, ¿¡no!? No habrá compasión para ti, no habrá misericordia. Ahora tienes que pagar el precio de tus deseos, ingrato ser humano, Moisés!</div>
<div style="text-align: justify;">
Su destino era un ser implacable. No admitía excusas. No admitía esperas. No era nada comprensivo y viendo que su esclavo no atendía a sus órdenes, le preparó un escarmiento… Ocurrió el 25 de marzo del 2011. Llevaba en aquel entonces 11 años jubilado, viviendo como un rey. Como siempre había hecho. El seguía hidratándose y regalando el fruto de su cantimplora a propios y extraños, por nada y por todo, para todos y por él mismo. Sucedió a la luz de la luna con su amada Priscila a su lado. Moisés se ausentó, alguien le empujó; quizás una invisible mano. Pero él no quería marchar y por eso, en el forcejeo, se partió en dos. Su sino se llevó la mitad izquierda de él y la otra parte, quedó con Priscila. Guardián y preso de su libertad. Su mujer clamó a los dioses con gritos inaudibles. Desde lo más profundo de sus abismos surgió un rugido tal que los mismos dioses se vieron impelidos a socorrerla. Así, de esta manera bramó Priscila:</div>
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−¡Dioses del Olimpo, dioses de mis antepasados, ayudadme por los clavos de Cristo, salvad a mi marido porque lo estoy perdiendo!</div>
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Y los dioses se conmovieron al ver su desgarrador llanto. Y le advirtieron de las condiciones a las que debía de sujetarse. Y las consecuencias que podría ocasionarle el incumplimiento de aquel pacto. Bajo ningún concepto podía echarse atrás de su juramento. Y ella asintió. Zeus bajó a Alcañiz montado en su rayo y se llevó a Moisés a su templo. Allí estuvo algunos cientos de millones de años, que pasaron en un momento. Atendido por los atentos cuidados de Danae, su concubina. A pesar de ello, no conseguía salir de su sueño. Se había quedado anclado dentro. Hasta que un día, la oración de Priscila consiguió abrirse paso hasta el pensamiento de su amado. Y se posó en él como se posa un beso en la boca de dos amantes. Con la misma ternura, con la misma desesperación, con la misma exigencia. Moisés despertó. Despertó en el justo momento en el que le iban a seccionar la garganta. Despertó y una máquina el aire le prestaba. Lo bajaron a la tierra, pero la envidiosa Euterpe le robó su música. Le cautivó su cálida voz, su musicalidad, su tono, su timbre. Los increíbles arpegios de su guitarra. El vuelo infatigable de sus dedos en el piano. La dulzura de su armonía. En fin, Se lo quedó todo y no le dejó nada. Aunque no se llevó por completo su vida, le permitió vivir con la vida sesgada, como escarmiento. Entonces, Zeus le espetó:</div>
<div style="text-align: justify;">
− ¿Estás contenta?</div>
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Como Priscila no se chupaba el dedo, se lo pensó. Después de lo cual dijo:</div>
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−Sí; gracias, dejádmelo a mí. Mis dos soles y yo, mis dos teas ardientes y yo formaremos un impecable equipo. Cuidaremos al rey de nuestra casa. Y volveremos a ser cuatro llamas, cuatro fuegos vibrando al unísono contra el viento.</div>
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A lo que el Dios de los dioses contestó:</div>
<div style="text-align: justify;">
−Siendo así, así sea. Tuyo es.</div>
<div style="text-align: justify;">
Y montando de nuevo en su rayo, regresó al Olimpo. Cuando Zeus llegó a su morada, ordenó a la celosa Euterpe, la musa de la música, que devolviera lo que no era suyo. Y a regañadientes, ésta se la fue devolviendo poco a poco, como aquel que le duele desprenderse de algo muy querido. La mitad izquierda de Moisés siguió haciendo el camino y, cuando llegó a la cima del monte, levantó la vista lentamente para leer lo que decía aquel letrero. Justo antes de posar su vista en él, Zeus le mandó un rayo y cayó al suelo fulminado. Euterpe entregó toda la voz a su dueño, mas, desobedeciendo la orden de su amo, se quedó con la música de Moisés”.</div>
<div style="text-align: justify;">
En aquel instante, el gato despertó. Y la luna le sonreía con su cara llena. De súbito, escuchó el maullido de una gata y se dirigió hacia el lugar de donde procedía aquel familiar sonido. Rodeó una chimenea que se interponía en su camino y, allí estaba. Era ella, Priscila, tal y como la había soñado hacía escasos segundos. Se acercó a aquella aparición maravillosa. Percibió su aroma, su calor, su excitación. Se lamieron y se acariciaron con sus cuerpos ardientes. Y enlazando sus colas, maullaron juntos a la luna el Ave María de Schubert.</div>
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<br /></div>
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FIN</div>
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ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-19429936736091964792015-01-27T02:26:00.000-08:002015-07-08T02:26:27.671-07:00BUCÉFALO Y BONITA<h2>
ENERO DESCEREBRADO</h2>
<h3>
<span style="font-size: large;">ATECEA publica nueva entrada en su proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS esta vez comenzamos 2015. Todo ello </span><span style="font-size: large;"> es gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, con el que damos visibilidad al Daño Cerebral Adquirido os dejamos el primer cuento del año realizado con Carmen Bonet.</span></h3>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJn3aUbwwQUOD7Yh_FM5EheEBynmDfsZ-vvIdfObW2sFNrHtgrTpeTWnq29jqR4l-zMsl8EnUNPi04PoIs36Tl4w0qrV3IS-ufL5bEkZ5i67sTA5sPklleiUjheE76LPAOv2ur784-1FFE/s1600/CARMEN+BONED.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJn3aUbwwQUOD7Yh_FM5EheEBynmDfsZ-vvIdfObW2sFNrHtgrTpeTWnq29jqR4l-zMsl8EnUNPi04PoIs36Tl4w0qrV3IS-ufL5bEkZ5i67sTA5sPklleiUjheE76LPAOv2ur784-1FFE/s320/CARMEN+BONED.JPG" width="240" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Carmen Boned</td></tr>
</tbody></table>
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<h2>
<span style="font-size: large;">BUCÉFALO Y BONITA</span></h2>
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Érase una vez que una alienígena unicelular apareció en el pueblo de Lanaja, Huesca. Se llamaba Angelina Jolie, y era natural de un planeta en el que la vida estaba próxima a desaparecer por motivos climatológicos. Como último recurso, los gobernantes de aquella estrella errante mandaron a la más aguerrida guerrillera de que disponían en su ejército en aquel momento para explorar otros mundos posibles donde poder vivir. La metieron en una máquina desintegradora atómica y la teletransportaron al planeta azul. Al reintegrarse en la tierra, por error fue abducida por una yegua que estaba enganchada a una carreta. Dentro de ella iba una niña de 4 años. La potranca, al sentirse poseída por un extraño ser, salió como una flecha desbocada calle abajo. Una tía de aquella niña, sin pensárselo dos veces, cogió inmediatamente una bicicleta y salió rauda tras el animal con la esperanza de conseguir pararla. Cuando llegó a su altura, se puso de pie en el sillín y saltó de un brinco dentro del carromato con tan mala suerte que se cayó al suelo. Al final de la cuesta, el cuadrúpedo tenía que girar ya que la carretera se bifurcaba en dos ramales, con el consiguiente peligro de volcar el carruaje y que la chica saliera despedida por los aires. Gracias a que se agarró en el último momento de una cuerda que pendía de la parte trasera de la tartana, la tía consiguió no perder el contacto con la misma. Con un esfuerzo sobrehumano, fue trepando por la cuerda, arrastrando todo el cuerpo por el suelo hasta que estuvo otra vez dentro de la carreta. Con la intrepidez de una heroína, llegó hasta donde estaban las bridas del caballo y tiró de ellas emitiendo un enérgico ¡sooooo! Justo antes de llegar a donde necesariamente tenía que girar, la yegua se paró. La tía cogió a su sobrina y la abrazó estrechamente. Sus vestidos estaban rasgados y manchados de sangre, pero a ella no le preocupaba, había conseguido salvar a su sobrina de una muerte segura y eso era lo único que importaba.</div>
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A partir de aquel día, Bonita, que así se llamaba la yegua, no fue la misma; de lo cual todo el mundo en el pueblo se extrañaba mucho, pues siempre había sido un animal muy obediente. En poco tiempo la alienígena consiguió hacerse con la voluntad del bicho. Paulatinamente iba preparando el desembarco de sus congéneres. Sus órdenes eran reconocer y preparar el terreno. Encontrar a seres vivos influyentes para después colonizarlos de la misma forma que ella lo hizo con Bonita, introduciéndose en su mente. Bonita tenía una relación con su abuela paterna fuera de serie. Todos los caprichos que la potra le pedía, la abuela se los daba. Las dos se querían mucho. En el pueblo de Lanaja había sido muy feliz con su cuadrilla de amigos: correteando por los prados, cogiendo nidos de pájaros, durmiendo en el corral que tenía sus padres… En fin, todos los juegos propios de una joven potrilla. Pero todo eso cambió de repente aquel aciago día en que el incomodo huésped venido de otro mundo se alojó dentro de ella sin permiso.</div>
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<br /></div>
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Cuando todo el pueblo estuvo colonizado y dominado por aquellos seres, Bonita se fue a Zaragoza para continuar con su callado trabajo. Para entonces, la yegua había cumplido ya los 14 años. Pensó la astuta alienígena que si se ponía a servir en casa de un General del ejército, conseguiría el dominio del mundo, y así lo hizo. La estrategia era muy sencilla: hacerse querer por la familia del General y ser dócil y servicial para ganarse la confianza de los altos mandos del ejército. Mientras tanto, secretamente iría colonizando nuevos cuerpos como vehículos donde su gente pudiera parasitar. Un día, la malévola angelina llevó a cabo una argucia para que la familia creyera en la lealtad que supuestamente ella les prodigaba. Como su dueño era General médico, se le ocurrió cambiar el contenido de una jeringuilla que el facultativo iba a utilizar para curar a su nieto de una infección en la glándula-epitelial-difusa-concomitante-transgénica. El buen anciano, cuando le inyectó al niño aquel líquido, observó espantado cómo el pequeño cambiaba de color: primero se puso amarillo, luego verde, después rojo de forma intermitente. Por los ojos lanzaba destellos violetas. Más tarde, se puso a disertar sobre la crianza de los gamusinos azules en cautividad, haciéndolo de una manera desmedida, casi eufórica diría yo. En ese momento, el yayo quería morirse. Pensó que se había equivocado de antibiótico y que, posiblemente, le había inoculado al niño algo que podría matarlo. En ese momento entró en escena Bonita. Puso sus patas delanteras en la cabeza del niño, emitió unos extraños sonidos y el chiquillo volvió a su normalidad. El General Niquitonipongo, que era de ascendencia nipona, no cabía en sí mismo de gozo y le dijo a la yegua:</div>
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<br /></div>
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−Pídeme lo que quieras que te lo concederé.</div>
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La muy ladina Angelina, se lo pensó un rato, después de lo cual dijo con voz inocente, como aquel que nunca ha roto un plato:</div>
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−Yo quisiera hacer un cursillo acelerado del INAEM para aprender corte y confección. Después, me gustaría establecerme en el centro de Zaragoza, si no es mucha molestia.</div>
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El agradecido General le dijo inmediatamente que sí. Le hubiera concedido el mundo entero si se lo hubiera pedido, porque era un fervoroso creyente y tenía un alto sentido del honor. Qué poco se percataba el buen General de lo que estaba tramando su yegua preferida. ¡Qué equivocado estaba con ella! En fin, después de hacer el cursillo, se estableció en el paseo Independencia. Allí, la astuta mensajera del espacio hizo contactos de extrema importancia. Cogió amistad con las mujeres de los hombres más influyentes del lugar. A la vez que éstas le traían a su establecimiento a toda la familia. A cada nuevo cliente, le introducía un nuevo paisano suyo dentro de su cerebro, de tal forma que en menos de tres años, toda Zaragoza estuvo colonizada por los marcianos unicelulares, presidiendo éstos los puestos más relevantes de la ciudad tales como el Ayuntamiento, la Diputación, la policía, el ejército, la televisión, la radio, la prensa, etc.</div>
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Ocurrió que al tercer año, Bonita tuvo que cerrar el negocio y regresar a Lanaja porque su madre se había puesto muy enferma. Para guardar las apariencias de ser buena hija, volvió al pueblo a regañadientes. Hay que decir que en el tiempo que estuvo abierto el negocio, conoció al que sería su futuro marido. Después de que su madre mejorara de su enfermedad, Bonita volvió a Zaragoza para proseguir con sus conspiraciones, pero ahora continuó fraguándolo a nivel mundial. Ella se dedicaba, en esta ocasión, a la venta ambulante de un jarabe maravilloso que igual te curaba un corte de digestión, un dolor de muelas, una colitis, una alopecia difusa, etc. Poco a poco su red maléfica se fue extendiendo como una tela de araña sin que nadie se diera cuenta. A los dos años de ejercer este nuevo empleo, Bonita se casó con Bucéfalo. Más tarde, ayudado por ella, éste llegó a ser presidente de una de las empresas más pujantes de toda España, La Telefónica. A través de esta empresa planeó introducirse en Estados Unidos y desde allí, acceder al resto del mundo. Todo estaba tramado, Su planes se estaban cumpliendo a las mil maravillas. Mientras tanto, Bonita tuvo dos potrillos: Babieca y Rocinante. Pretendía colocarlos en puestos estratégicos en aquel país. Una vez introducida Angelina Jolie en la Casa Blanca, la cosa fue fácil. Cuando ya casi toda la tierra estaba colonizada, ocurrió que llegaron a oídos del Comité Interestelar de Defensa de los Animales lo que estaban maquinando aquellos invasores y decidieron intervenir. Desde el futuro hicieron venir a una hormiga atómica armada de un sacacorchos y una escopeta recortada de dos cañones, su nombre era: Arnold Schwarzenegger. Sus órdenes eran tajantes: extraer del cerebro con el sacacorchos aquellos molestos inquilinos sin que nadie se diera cuenta, causándoles el menor daño posible.</div>
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Eran las 12 de la noche del 7 de enero del 2010 cuando Arnold fue teletransportado a la cuadra donde estaba Bonita. Ella tenía 57 años cuando esto ocurrió. Al practicarle la extracción de la alienígena, puso tanto ímpetu que, la yegua tuvo un derrame cerebral. En ese momento Bonita llamó a Rocinante, su hijo pequeño, y le pidió que la llevase al sillón porque ella no podía hacerlo sola. Pero, al ver éste que la cosa no pintaba bien, decidió alertar a la familia. Llamaron inmediatamente a la ambulancia y la ingresaron en la unidad de cuidados intensivos del hospital Veterinario. Allí estuvo ingresada 2 meses y después la llevaron al Corral Hospital de San Juan de Dios. Gracias a Rocinante la cogieron a tiempo. Pero aún así, toda la parte derecha de su cuerpo la tenía inutilizada. No podía tragar. No podía caminar. No podía hablar. La alimentaban por una sonda nasogástrica. En fin, una pena. Bucéfalo, su marido, la obligaba a hacer ejercicios a diario y, gracias al tesón y la constancia que los dos demostraron en su cura, Bonita fue recuperando paulatinamente el dominio de su cuerpo. Al extraer Arnold Schwarzenegger el huésped de su cabeza, Bonita volvió a recuperar su antigua forma de ser comprensiva y buena, aunque es cierto que a un precio muy elevado. Algunas de sus facultades quedaron algo mermadas, sin embargo, otras se vieron incrementadas como por ejemplo las cualidades artísticas. Bonita iba casi todos los días a un Centro de rehabilitación que se llamaba Atecea. Allí le enseñaron a pintar al óleo, a hacer paisajes de medio punto y la animaron a escribir un libro de recetas de cocina. Un año se presentó Bonita a un concurso de pintura al óleo y lo ganó. Ella misma era tan inconsciente de su nueva capacidad que, al recibir la noticia del premio no se lo podía creer. Total –decía ella−, ¡si sólo hice cuatro trazos mal puestos por aquí y por allá y nada más!…</div>
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Por su parte, la hormiga atómica, Arnold Schwarzenegger, fue realizando su labor sin hacer ruido y sin dejar demasiado perjudicados a los pobres terrícolas. Según tengo entendido, aún anda por esos mundos de Dios con su sacacorchos y su escopeta recortada liberando a la tierra de la posesión extraterrestre. Gracias a que Bucéfalo cogió la jubilación anticipada, se pudo dedicar en cuerpo y alma a ayudar a su querida yegua a recuperarse. A pesar de que no fue fácil la vida para ellos a partir de entonces, aquellas circunstancias los unió aún más si cabe… Lo que nadie sabe, excepto usted y yo, claro está, es que la verdadera razón del ictus de Bonita fue que Arnold extrajo a Angelina Jolie de su cabeza con un sacacorchos. Pero por favor, si por casualidad algún día la ve, no se lo diga, ¿vale?</div>
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<br /></div>
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FIN</div>
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<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
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ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-69908816241178026932014-12-30T01:45:00.000-08:002015-02-05T01:47:05.404-08:00POR UN PUÑADO DE GOLOSINAS<h2>
DICIEMBRE DESCEREBRADO</h2>
<h3>
ATECEA publica nueva entrada en su proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, os dejamos el último cuento del año, el doceavo cuento desarrollado con Timoteo Gonzalo.</h3>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAxEcQMvOwM7RWM4BMk8DaNuvdweoGJazLNxB3KoenNhTvBKl359tIjDpZx53PtYxNC8EvsEPcKjSRZNJWEzs-tgVwo8WaXM-K_k9on90kbwa_dpdbbAkaHiGgLJmIY4XAEAUS-KaQhvDl/s1600/Timoteo+Gonzalo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAxEcQMvOwM7RWM4BMk8DaNuvdweoGJazLNxB3KoenNhTvBKl359tIjDpZx53PtYxNC8EvsEPcKjSRZNJWEzs-tgVwo8WaXM-K_k9on90kbwa_dpdbbAkaHiGgLJmIY4XAEAUS-KaQhvDl/s1600/Timoteo+Gonzalo.jpg" height="200" width="150" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Timoteo Gonzalo</td></tr>
</tbody></table>
<h2>
POR UN PUÑADO DE GOLOSINAS</h2>
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Érase una vez tres dulces ángeles que querían nacer y no encontraban ninguna familia a su gusto. Todavía les quedaban cosas por aprender para conseguir el rango de arcángeles y necesitaban volver a la tierra para doctorarse. Después de mucho patear por diferentes Ministerios, se fueron al de “Reencarnaciones y Resurrecciones” para echar una instancia. Al llegar allí pidieron un formulario y, después de rellenarlo, les dijeron que ya se pondrían en contacto con ellos cuando encontrasen a la familia adecuada. Pasaron los siglos y un buen día recibieron la tan deseada llamada. Se presentaron allí los tres ángeles, nerviosos como flanes. Santo Tomás de Aquino, que era el secretario, les mostró un dossier que contenía la información que tanto habían esperado sobre los padres propuestos. Les dijo que aquella carpeta contenía todo lo que les iba a suceder en el futuro a los que serían sus futuros padres. También; que después de examinarlo lo podrían aceptar o rechazar, pero que bajo ningún concepto lo podían revelar a nadie debido a las repercusiones que ello podría conllevar a los propios afectados. Los tres ángeles lo juraron e inmediatamente se fueron a una mesa retirada para conocer a su futura familia. Abrieron la carpeta con excitación, y uno de ellos comenzó a leer en voz baja:</div>
<div style="text-align: justify;">
−“En un pueblo de Soria, cuyo nombre es Quintana Rubias de Abajo, vivirá una familia de conejos muy particular. Tendrán 8 hijos y el más pequeño será el más travieso. Éste se llamará Claveles y será el elegido para ser vuestro padre. Claveles tendrá muy buen corazón pero su espíritu inquieto y aventurero le llevará a realizar travesuras arriesgadas, que más tarde le costarán alguna que otra azotaina por parte paterna. Aunque éstas travesuras serán propias de niños de su edad, a su padre, que lo querrá barbaridad, no le dejarán indiferente. Muy al contrario, aún se enfurecerá más cuando alguien se pase por su casa con quejas por algo que su hijo pequeño habría cometido. Contaré dos anécdotas para que se hagan una idea:</div>
<div style="text-align: justify;">
Un día, Claveles y sus amigos de la pandilla, llegarán a arrancar todos los tomates y cebollas que había en un huerto, arrojándolos después a un pozo. El dueño del campo, no se sabe a ciencia cierta cómo se enterará, pero el caso es que se presentará en su casa y su padre le tendrá que pagar el desaguisado, no sin antes quitarle el polvo al trasero de su querido hijo en presencia del afrentado agricultor. Otra de las sonadas travesuras por parte del susodicho será que él y su cuadrilla se subirán al tejado de un pajar y tirarán todas las tejas al suelo, rompiéndose todas ellas, claro está. En fin, así podríamos continuar con cientos y cientos de travesuras de este calibre.</div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando cumpla los 13 años, Claveles se irá a Barcelona a trabajar de camarero. Allí permanecerá 5 años trabajando en Sans, barrio muy popular y populoso de la ciudad Condal. Como será muy trabajador y honrado, sus jefes le tendrán un gran aprecio. Como dije, los problemas vendrán a raíz de su espíritu aventurero. Allí conocerá a unos conejos que lo meterán en el tráfico de golosinas. Y por aquí le vendrá su perdición, como más adelante veremos… A los 18 años volverá a Zaragoza y se montará un bar en la calle Daroca a medias con un hermano, al que más tarde le comprará su parte y se quedará solo en el negocio cuyo nombre será “Los Numantinos”. Ese mismo año conocerá a Rosita, la coneja con la que se casará. Ella será su ángel de la guarda, el puntal de su casa y su fiel compañera. Él tenía 24 años y ella 19 cuando se casaron y se irán a vivir en un piso madriguera encima del negocio. La familia de ésta era de Monforte de Moyuela, Teruel. Tendrán tres retoños. Después de 20 años trabajando los dos a brazo partido casi las 24 horas del día, decidirán que aquello no era vida y lo traspasarán. Él encontrará un puesto de trabajo repartiendo magdalenas. Después de 5 años realizando esta labor, pasará un aciago día en el que éste estará realizando su labor como siempre y un traficante de golosinas americano se lo encontró. Su nombre es Clint Eastwood. Al verlo lo retará a un duelo a muerte a la antigua usanza, a pistola… A este capo mafioso lo conoció Claveles en Barcelona. Resulta que cuando traficaba con golosinas se equivocó con los cambios al ir a pagar al malvado capo una partida de regaliz, y éste se lo tomará a mal. Y se la tuvo jurada desde entonces hasta aquel día que, por casualidad se lo encontró repartiendo magdalenas en la Calle García Sánchez. Y fue a por él. Al chapurrear un poco el castellano, Clint le dirá:</div>
<div style="text-align: justify;">
− ¡Eh you! Mi going to matar a tú. −Que traducido al castellano quiere decir: “’ ¡Eh tú! Yo te voy a matar a tú"</div>
<div style="text-align: justify;">
Como Claveles sabía que Clint era el más rápido al oeste del Ebro, le contestará:</div>
<div style="text-align: justify;">
− ¡Oh, no por favor, fue un error! Me equivoqué con los cambios, te lo devolveré todo, no te preocupes. No era mi intención. No me mates, por favor. Tengo tres hijas que alimentar. No tengo pistola para defenderme…</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero Clint era un hombre sin piedad. No en balde se había criado en Garrapinillos debido a que era hijo de militares procedentes de Kansas City que trabajaban en la base americana. Por otra parte, andaba éste un poco duro de oído y no comprendió bien lo que decía Claveles. Clint le prestará una pistola a Claveles y haciendo gala de su falta de escrúpulos y de su aguda sordera, volverá a repetir:</div>
<div style="text-align: justify;">
− ¡Mi going to matar a tú! Y no spok anymore. −Que quiere decir más o menos: “’¡Yo voy a matar a tú y no se hable nada más!”, o algo así.</div>
<div style="text-align: justify;">
Se pondrán uno frente al otro mirándose fijamente. Clint tendrá los ojos inyectados en sangre, mas Claveles estará temblando. Entonces, sabiendo Claveles que le quedaban pocos segundos de vida, rezará un padre nuestro y, al disparar Clint, milagrosamente la bala se desviará de su trayectoria al corazón y le dará en la cabeza. Éste caerá al suelo, dándose un coscorrón en la cabeza. Claveles no morirá, pero lo dejará marcado de por vida. A Clint lo meterán en el calabozo, pero al tercer día, sus secuaces asaltarán la prisión y huirá a Cincinnati. A resultas del duelo, la bala se alojó peligrosamente en la región occipital del tubérculo izquierdo de la zona consistorial que lo dejará viendo zanahorias dando vueltas en su cabeza por 3 meses en la madriguera hospital de la MAZ. Cuando éste se canse de contar zanahorias, se despertará y pedirá rábanos. Y así estará 19 meses ingresado en aquel Centro. Apenas podrá reconocer otra cosa que no sea los rábanos y las zanahorias. Apenas podrá dar saltos, ni comer solo, ni asearse por sí mismo, ni hablar, ni nada de nada. Necesitará ayuda para todo. Cuando el médico que lo atienda le dé el alta, le dirá a su mujer: “No me gustaría estar en su pellejo”. Lo dirá porque él era consciente del trabajo que se le venía encima a Rosita al tener que atender a su marido en casa. Y así será. A partir de aquel momento, la vida dará un vuelco de 180 grados a toda la familia. Si antes era Claveles el que trabajaba como un mulo para todos, a partir de su vuelta a casa, todos tendrán que arrimar el hombro para sacar adelante a su padre.</div>
<div style="text-align: justify;">
La jefa de planta de la MAZ llegará a decir de Claveles: “nunca he conocido a nadie al que le viniesen a ver tanta gente”. Y es que Claveles siempre tenía una palabra amable para todos y será muy servicial con todos. Siempre estará dispuesto a hacer favores a quien se lo pidiera. Por eso sus clientes le apreciarán tanto. De hecho, cuando se acercara al bar para jugar al guiñote con sus amigos en silla de ruedas, siempre habrá alguno que se levantará para cederle el puesto. En el período de tiempo que estará ingresado en la MAZ, conocerá a un conejo que, estando en su misma situación y llevando más tiempo que él allí, le informará sobre un Centro de rehabilitación en la Avd. Goya. Allí conocerá Claveles a Koke, la enfermera de la terapia ocupacional que le enseñará todo lo que el duelo con Clint Eastwood le robó de la mente. Ella será para él como la comadrona que le ayudará a nacer de nuevo. Toda la familia querrá a esta coneja a rabiar porque le echará una mano a su padre más allá de sus obligaciones como profesional. Como Claveles no se podía mover, ella estará 2 años yendo a su casa para trabajar con él. Por cierto, la madriguera de encima del bar la tendrán que abandonar dado que no tenía ascensor, y en las condiciones que estará Claveles, será de extrema necesidad. Posteriormente se trasladarán a un piso madriguera que reunía las condiciones necesarias para él, situado en la calle Gomez Laguna. Como digo, la dedicación de Koke a su trabajo será en cuerpo y alma. Cuando él ya esté bastante recuperado después de esos 2 años de un tremendo esfuerzo por parte de los dos, nacerá un nuevo Centro cuyo nombre será Atecea y allí continuará el tratamiento. En un principio, este Centro de rehabilitación estaba en el barrio del Arrabal y más tarde se instalarán frente al hospital de la MAZ. Aunque su mejoría será constatable, Claveles nunca volverá a ser el mismo que era antes. Siempre necesitará la ayuda de su mujer, de sus hijas y de toda la familia y amigos”…</div>
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El dossier aún continuaba largo y tendido, pero no lo puedo transcribir aquí debido a que es una información extremadamente delicada. Cuando el ángel terminó de leer el contenido del archivo, se miraron los tres y decidieron dejar pasar unos días para pensárselo. Al cabo de los cuales, regresaron y le dieron el visto bueno. Firmaron los tres el documento. Los tres estuvieron de acuerdo en nacer en aquella buena familia. Y contentos con su decisión, regresaron a su nube a la espera de que les tocase el turno para volver a la tierra como hembras de conejo. Y cuentan los que las conocieron, que consiguieron el doctorado con matrícula Cum-laude. Y dicen que hoy tienen su propio despacho de arcángeles en el cielo… Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.</div>
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<div style="text-align: center;">
FIN</div>
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<br /></div>
ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-71112074377099748422014-11-26T01:15:00.000-08:002015-02-11T03:20:03.240-08:00DIENTES DE SABLE<h2>
NOVIEMBRE DESCEREBRADO</h2>
<h3 style="text-align: justify;">
ATECEA publica nueva entrada en su proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, os dejamos el onceavo cuento desarrollado con Angel Ramos.</h3>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2SzlHO4ytudh5Z9dltXVrMuffeS-y-brJMvVkVdWgSNfKRHS_5MmMjkM4AiEc356rsNQNvj6PIPkrJs00P0rfgl4eli94OE7t2BUYwKORwiQf61SnDH6Bh3JgMOdX9QqLfP3gj2dVYlf1/s1600/IMG-20150210-WA0009.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2SzlHO4ytudh5Z9dltXVrMuffeS-y-brJMvVkVdWgSNfKRHS_5MmMjkM4AiEc356rsNQNvj6PIPkrJs00P0rfgl4eli94OE7t2BUYwKORwiQf61SnDH6Bh3JgMOdX9QqLfP3gj2dVYlf1/s1600/IMG-20150210-WA0009.jpg" height="200" width="111" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ángel Ramos</td></tr>
</tbody></table>
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<h2>
DIENTES DE SABLE</h2>
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<div style="text-align: justify;">
Hubo un tiempo en el que Villamayor fue un pueblo próspero; pero, después del ataque de los extraterrestres en el siglo XXXlV y tres cuartos de la era pasada, aquella zona quedó completamente devastada. No quedaron ni las margaritas para contarlo. Tardó aquel territorio mucho tiempo en regenerarse, pero poco a poco la vegetación fue curando las heridas radioactivas. Con ella fue surgiendo una nueva especie de animales; producto de la simbiosis atómico-molecular-transgénico-multiforme- congénita. De todas ellas, cuentan que había una que era la reina, por su ferocidad e inteligencia. Se le llamaba a esta raza “lupus erectus”, y bastaba pronunciar su nombre, para que todos los animales huyeran presas de espanto. Esta nueva especie de carnívoros se expandió rápidamente por todos los continentes y mantenían a raya al resto de la fauna interplanetaria. Dicen que en la zona que antiguamente fue Villamayor, quedó cubierta por una espesa selva. Ésta era el territorio de caza de una vasta manada de “lupus erectus” extremadamente eficaz por su coordinación en todos los ámbitos. El instinto de territorialidad lo tenían muy marcado y guardaban el perímetro de sus posesiones celosamente. La historia que os voy a contar le ocurrió a uno de sus miembros. Este lupus se llamaba Dientes de Sable. Dientes de Sable era joven, fuerte, inteligente, simpático, excelente conversador, fiel amigo de sus amigos… En fin, era todo un ángel para los integrantes de su clan. Siempre le gustaba salir de juerga con los mismos amigos. Con otros integrantes de su manada celebró la tradicional fiesta de los “choperos”, que era la fiesta de los Quintos. Se llamaba así porque tenían que cortar un chopo y esconderlo para que los quintos del año siguiente o”antichoperos”, no lo encontrasen. Con unos y con otros era con los que siempre se iba de caza.<br />
<br />
Ocurrió en uno de esos días en los que toda la jauría de jóvenes lupus cazaba en su territorio. Entre todos, consiguieron acorralar a un peligroso “Dinociervus mastodónticus”. Dientes de Sable se arrojó al cuello del animal pero, en ese preciso momento, cabeceo con tan mala suerte que, nuestro amigo en vez de morder la tierna carne de su gaznate, clavó sus afilados colmillos en el cuerno del animal y se partió la dentadura. Se quedó sin dientes, y eso, para un lupus, podía significar la muerte. ¿Cómo iba a cazar a partir de entonces? Y sobre todo, ¿cómo iba a masticar sin dientes?, se decía él con tristeza. Sus compañeros, viéndole tan apenado, avisaron a sus padres y, juntos, lo llevaron a la Cueva de primeros auxilios del Hospital Miguel Servet en donde había un brujo muy reputado cuyo nombre era Colmillo Retorcido. Se llamaba así porque nació con un diente haciéndole palanca. Cuando explicaron a éste lo que había sucedido, el viejo chaman fue a coger sus huesos mágicos con los que adivinaba el futuro. Pero como estaba un poco ciego; en vez de coger los huesos, cogió las cucharillas del café, que también eran de hueso. Después de echarlos al suelo unas cuantas veces, dijo sin ningún género de dudas:<br />
<br />
−A Dientes de Sable lo que le pasa es que tiene una fractura craneoencefálica aguda. Tiene dañado el lóbulo occipital derecho de su cráneo y éste le presiona el cerebro gravemente. ¡Vamos! Lo que se llama en términos seudocientíficos: “Daño Cerebral Adquirido, (DCA)”. Lo cual me lleva a pensar que esto le afectará a corto o largo plazo al movimiento basculante pendular de la parte izquierda del cuerpo metafísico singular y al habla, −dijo el brujo.<br />
<br />
Al oír aquello, tanto los padres como los amigos del accidentado se asustaron mucho. Aquella retahíla de palabras que no comprendían no parecía presagiar nada bueno. Entonces, objetaron todos tartamudeando:<br />
<br />
−¡Pe, pe, pero si solo se ha roto los dientes, su excelencia!<br />
<br />
A lo que el místico replicó:<br />
<br />
−Lo siento. Comprendo su dolor pero esto es lo que hay. Los huesos no mienten. Pero si quieren una segunda opinión, yo conozco a un colega del ramo que por un precio módico os daría su parecer sobre el problema de su hijo…<br />
<br />
− ¡Nada, nada!, −contestaron todos al unísono−, ya nos fiamos de usted, señor colmillo retorcido. Pero... ¡díganos! ¿Qué podemos hacer para que se restablezca nuestro hijo?<br />
<br />
−Conozco una Caverna de rehabilitación para lupus con DCA excelente. Está en la Costa Salvaje y se llama “Guttmán”. Allí, en poco tiempo dejarán al cachorro niquelado, como si nada hubiera pasado. Además, si le decís qué vais de mi parte os harán un pecio especial, ¿os hace? – les preguntó el anciano.<br />
<br />
A lo que no tuvieron más remedio que decir que sí, pues no tenían a nadie a quien acudir. El alquimista les extendió dos recetas: una en la que saludaba a su colega de la Costa Salvaje y le daba su pronóstico sobre la supuesta lesión de Dientes de Sable. Y otra en la que figuraban sus honorarios. Los padres de éste cogieron las dos notas, abonaron lo que se debía y se fueron de la Cueva Hospital con la cabeza gacha y el corazón encogido. Al día siguiente el padre, la madre y Dientes de Sable estaban sentados en el despacho del curandero Guttmán. Y éste, siguiendo el diagnóstico de su colega, comunicó a sus clientes el tratamiento a seguir… Lo ingresaron aquel mismo día y a la mañana siguiente le colocaron con tornillos la dentadura de un tigre de Bengala con la cual podía masticar y aullar con naturalidad. Los caninos le afeaban un poco porque le sobresalían por fuera de la boca. Los padres de Dientes de Sable se alojaron en la choza de una tía abuela por parte materna mientras su hijo estuvo allí. Tras 2 meses y 20 días de interminables pruebas, ejercicios de recuperación, fisioterapias, análisis neurológicos, etc., le dieron el alta. Al salir de allí, cojeaba de su pierna izquierda y estaba empezando a perder sensibilidad de parte de su cuerpo. Pero él decía:<br />
<br />
−Parece mentira, estoy mejor que nunca. Puedo hablar y morder. Es una maravilla…<br />
<br />
Al llegar a la entrada de su cueva en Zaragoza; se encontró con una agradable sorpresa: habían colgado un cartel en la puerta que decía: “Bienvenido Dientes de Sable, te queremos”. Entró en su hogar. La mesa del comedor estaba repleta de su comida preferida. Él no entendía nada. De repente, se abrió la puerta de la cocina y salieron de allí sus queridos amigos y sus tíos sonriendo y dándole la enhorabuena por su nueva dentadura. Se abrazaron. Dientes de Sable se emocionó como nunca antes lo había hecho, después de lo cual, pasaron toda la tarde juntos; comiendo, riendo y recordando viejos tiempos. En el transcurso del día, se pusieron al corriente de las últimas noticias ocurridas en el espacio de tiempo que había estado en Barcelona.<br />
<br />
Pasaron 8 meses desde su llegada a Zaragoza y; viendo su madre que no mejoraba, buscó a un druida para que su cachorro recuperara la sensibilidad perdida. Y lo encontró en un lugar llamado Atecea. Allí estuvo primero como usuario y, cuando consiguió restablecer, en gran medida, las sensaciones de su costado, se ofreció como voluntario para ayudar, en lo que hiciera falta, a otros animales que estuvieran en su misma situación. Aquella experiencia le había cambiado la vida. Aunque no fue fácil para él superar sus nuevas circunstancias. Hay que decir que si algo tenía Dientes de Sable, era un espíritu combativo. Que no se arrugaba ante las dificultades. Era como un castillo de piedra con un corazón de oro. Con tan solo 18 años de vida, se había enfrentado a bestias más temibles que aquella con la que estaba obligado a luchar, −se decía él.<br />
<br />
Esperó un tiempo para tomar aire y, cuando encontró las fuerzas necesarias, prosiguió con los estudios que había abandonado para irse a Barcelona. Siempre fue un buen estudiante, mas ahora sus expectativas de futuro habían cambiado: antes quería hacer la carrera de psicología, ahora se conformaba con terminar un grado superior de Administración y Finanzas. Le hacía ilusión viajar y conocer diferentes culturas. Guardaba con especial cariño en su memoria un viaje que hizo a Punta Cana con sus padres cuando era pequeño y quería retomar esta actividad olvidada. Antes su afecto era solo para los miembros de su manada, ahora su círculo se había ampliado. En fin, Dientes de Sable seguía siendo el mismo ángel de siempre, solo que ahora se nutría de los pequeños detalles. Quien sabe lo que me deparará el futuro −se repetía a sí mismo−, pero de una cosa estoy seguro, que lucharé como un león por conseguir mis sueños. Y cuentan los que le conocieron, que hizo grandes cosas por el bien estar de todos los animales. Y dicen los que le trataron; que fue muy, pero que muy feliz.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
FIN</div>
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ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-75673167855172229962014-10-22T01:51:00.000-07:002014-12-04T04:52:00.875-08:00JOSÉ, EL RUISEÑOR<h2>
OCTUBRE DESCEREBRADO</h2>
<div>
<h3 style="text-align: justify;">
ATECEA publica nueva entrada en su proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, os dejamos el décimo cuento desarrollado con el propio Venancio Rodriguez.</h3>
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<h2 style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></h2>
<h2>
<span style="font-size: large;">JOSÉ, EL RUISEÑOR</span></h2>
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<div style="text-align: justify;">
Al rey ruiseñor le iba a nacer su primer hijo. El pobre pájaro estaba en la sala de espera de maternidad hecho un manojo de nervios. Su mujer había muerto en el parto y sólo le quedaba aquel hijo como recuerdo de su amada. Solicitó la asistencia al nacimiento pero, el equipo médico se lo denegó porque preveían que habría dificultades.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ya llevaba dos horas desde que el huevo entró en el quirófano, y esto no era un buen síntoma; él se esperaba lo peor. Pasó media hora más, cuando de repente, se abrió la puerta del quirófano y de allí salió un pájaro con bata verde y cara de circunstancias. Se le acercó con paso templado y con voz suave le comunicó que todo había salido bien, pero que su hijo tenía un defecto... Le faltaba una pata. </div>
<div style="text-align: justify;">
Aquella noticia le sonó al rey como un cañonazo. Cayó en la silla de sopetón, llevándose las alas a la cabeza. Pensó en su reino, pensó en cómo iba a presentar en sociedad a su hijo y sintió vergüenza. Lo cogió en brazos y en la primera pajarería que encontró, lo abandonó. </div>
<div style="text-align: justify;">
Al llegar al bosque, sus súbditos le habían preparado una fiesta. Pero al ver la cara de tristeza que traía su rey, recogieron todo y cada uno se fue a su árbol en silencio. </div>
<div style="text-align: justify;">
A la semana de haber salido del huevo y gracias a los cuidados de aquellos profesionales, el pollo fue ganando peso y las plumas ya le empezaban a salir por todo el cuerpo. Parecía como si la naturaleza quisiera compensarle por el error que había cometido con él, haciendo que otras facultades se le incrementaran rápidamente.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Un buen día pasó por allí Berta, la hipopótama, que quedó estéril por culpa de una enfermedad venérea que le contagió su marido por su mala cabeza. Y al ver aquel pollito en el escaparate, tan pletórico de vida, tan tierno, tan indefenso... Se enamoró de él y sus instintos maternales la llevaron a iniciar el papeleo para llevárselo sin pedirle opinión a su marido. </div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando ya estuvo todo arreglado, se presentó en casa con el pajarillo entre sus patas llena de alegría. Al llegar su marido se lo presentó diciendo: </div>
<div style="text-align: justify;">
─Mira maridito mío, como me dejaste estéril, he adoptado este polluelo. Tienes dos opciones, o aceptarlo y ayudarme a criarlo o irte de casa, ¡tú mismo! ¿Qué vas a hacer? Dímelo pronto porque a partir de ahora tendré mucho trabajo. </div>
<div style="text-align: justify;">
Alberto, que así se llamaba su marido, ante aquella disyuntiva no le quedó otra que decir que sí. No obstante, puso una débil objeción diciendo: </div>
<div style="text-align: justify;">
─Pero, Berta querida, si este animal es de otra especie. ¿Qué pasará cuando se haga mayor? Tendrá problemas de identidad, se hará un lío y nos lo echará en cara. </div>
<div style="text-align: justify;">
Berta, que era muy larga y para todo tenía solución le contestó: </div>
<div style="text-align: justify;">
─Lo que haremos será quitar todos los espejos de la casa y le diremos que es un hipopótamo.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y así lo hicieron. Le pusieron por nombre José, al pequeño ruiseñor y pensando que era un hipopótamo fue creciendo arropado por los atentos cuidados de Berta y Alberto. </div>
<div style="text-align: justify;">
Creció tanto en estatura como en fracasos. La vida de los hipopótamos se le hacía muy pesada a José para sus pequeñas fuerzas. </div>
<div style="text-align: justify;">
No obstante, José era un artista maravilloso con sus imaginarias patas delanteras, cualquier cosa que se proponía hacer, lo hacía sin ningún tipo de preparación. Incluso llegaba a soñar que con sus patas delanteras podía volar entre los árboles, por las nubes, dejarse llevar por el aire. Era estupendo, pero, esto no se lo podía contar a nadie, debía guardárselo para sí, de lo contrario, se le reirían los que él suponía que eran de su especie. </div>
<div style="text-align: justify;">
A los veinte años conoció a Margarita una linda hipopótama, funcionaria ella del Instituto Nacional de la Seguridad Social. </div>
<div style="text-align: justify;">
Se casaron y tuvieron dos hermosos hiporuiseñores: Amadeo y Helena con (H), Margarita era de educación clásica. </div>
<div style="text-align: justify;">
El nacimiento de sus dos hijos llenó de alegría el corazón atormentado por las dudas y los fracasos de José, e hicieron que se centrara más en su trabajo: La albañilería. </div>
<div style="text-align: justify;">
Era uno de los mejores especialistas en las grandes alturas. Allá donde nadie quería subir, José se encaramaba sin ningún temor. </div>
<div style="text-align: justify;">
Todo iba sobre ruedas como se suele decir, pero la fatalidad o la suerte, según se mire, quisieron que un día cambiara el curso de su vida. </div>
<div style="text-align: justify;">
Se encontraba alicatando una fachada a 80 metros de altura cuando un ruiseñor se posó a su lado y se lo pió todo. </div>
<div style="text-align: justify;">
Al llegar a casa, José contó a su mujer lo que le había pasado aquel día en la obra. Le dijo que un pájaro le había demostrado que él no era un hipopótamo, que era un ruiseñor y le hizo a su mujer unas torpes muestras para corroborar sus palabras. Aleteaba de un lado para otro a lo largo del comedor.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Margarita al ver aquel espectáculo se puso a llorar y le dijo asustada: </div>
<div style="text-align: justify;">
─Tienes que ir al psiquiatra, necesitas ayuda. </div>
<div style="text-align: justify;">
José se echo a reír, y volvió a agitar sus patas delanteras y dar saltos una y otra vez. </div>
<div style="text-align: justify;">
Tanto le imploró Margarita que fuera al psiquiatra que José accedió a ir de mala gana. Pidieron cita en la Seguridad Social y llegado el día, se presentaron los dos cogiditos de las patas y con el corazón encogido. </div>
<div style="text-align: justify;">
Entraron en la consulta y José expuso detalladamente al facultativo lo que pasó aquel día en la obra. El doctor le escuchaba atentamente, analizando todas sus palabras. Al terminar José de contar su historia, el médico sacó su talonario de recetas y se puso a escribir. </div>
<div style="text-align: justify;">
Margarita, toda nerviosa le preguntó: </div>
<div style="text-align: justify;">
─Señor Latifundio, ¿qué le pasa a mi marido? ¿Es grave? </div>
<div style="text-align: justify;">
─Señora, su marido padece un brote de esquizofrenia paranoide. Pero no se preocupe, estas pastillas le irán muy bien, ─contestó el psiquiatra. </div>
<div style="text-align: justify;">
El mundo para Margarita y José se había acabado aquel aciago día. José empezó a tomar aquellas pastillas, pero notaba que lo dejaban atontado y con mucho sueño. Este estado era muy peligroso para desarrollar su trabajo y decidió dejarlas sin que Margarita lo supiera. </div>
<div style="text-align: justify;">
Por otra parte, cuando estaba a solas practicaba el vuelo corto y los saltos. </div>
<div style="text-align: justify;">
En su interior, José se preguntaba si en realidad estaba mal de la cabeza o tenía razón aquel pájaro de la obra.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A medida que el tiempo pasaba, los vuelos cortos se iban alargando más y más y la convicción de que en realidad era un ruiseñor se iba consolidando. Por su parte, Margarita que no se chupaba la pezuña, notaba que su marido ya no era el mismo, lo había perdido y el amor por él también. Ahora le producía miedo, para ella esta situación era insostenible, tenía que terminar algún día no muy lejano, porque de lo contrario, sería ella la que necesitaría ayuda. </div>
<div style="text-align: justify;">
No hacía más que pensar en la separación, pero, estaban los hijos ¿qué podía hacer? </div>
<div style="text-align: justify;">
Un día se armó de valor y fue a visitar a su abogado para que le asesorara sobre sus derechos y obligaciones. Sufría enormemente porque en su interior sentía que iba a abandonar a su marido cuando probablemente más la necesitaba. </div>
<div style="text-align: justify;">
Todo se desencadenó el día en el que Margarita se olvidó las llaves de su despacho en casa. Al entrar en el jardín, vio a José encaramado a la rama de un árbol, y éste al verse pillado “in fraganti”, le dijo: </div>
<div style="text-align: justify;">
─Mira Margarita lo que hago. Y de un vuelo rápido llegó hasta la chimenea de la casa que distaba cincuenta metros en línea ascendente. </div>
<div style="text-align: justify;">
Margarita ya no tuvo dudas. Se fue directamente al abogado y en poco más de una semana estaban los dos firmando la separación delante del juez. </div>
<div style="text-align: justify;">
A esas alturas, José ya tenía claro que no era un hipopótamo, él era un ruiseñor y por lo tanto no tenía sentido seguir con aquel teatro. Estaba claro que era de diferente especie, su voz era más fina, sus patas más pequeñas, su cuerpo estaba cubierto de plumas y sus excrementos eran más pequeños porque, cada cual caga según sus dimensiones. También y sobre todo, que su medio era el aire, su casa los árboles y su lenguaje los trinos. </div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora se podía dedicar a lo que toda su vida había anhelado, volar, volar entre los pinos, volar por el aire entre las nubes, dejarse caer en picado y luego subir. En aquellas circunstancias se mezclaban dos sentimientos contrapuestos: por una parte sentía tristeza porque presentía que iba a perder a sus hijos, pero por otra parte, estaba alegre de poder hacer lo que siempre había soñado. </div>
<div style="text-align: justify;">
Solo quedaban tres asuntos que le inquietaban: en primer lugar y el más importante el futuro de sus hijos. En segundo lugar la identidad de sus verdaderos padres. y en tercer lugar aunque no tan preocupante, era el hecho de que nadie ni siquiera él mismo se hubieran percatado de que no era un hipopótamo, de que él, José, era un ruiseñor, pero esto, ya es otra historia,</div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br />
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVUlwvlXB6rwWKh9RWC9AxxE2odp5OJMPSfM_ukI66ZCLQnmQ0pSI4peGhD8PihkRmc0dZZorDjd8NFLQXJ0ggdrvTpWgnt6zWYsquICTwRzPurBE2EF7LmM1lNv-ymkUb0tEPZPYeBZpw/s1600/ruisenor.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVUlwvlXB6rwWKh9RWC9AxxE2odp5OJMPSfM_ukI66ZCLQnmQ0pSI4peGhD8PihkRmc0dZZorDjd8NFLQXJ0ggdrvTpWgnt6zWYsquICTwRzPurBE2EF7LmM1lNv-ymkUb0tEPZPYeBZpw/s1600/ruisenor.jpg" height="171" width="200" /></a></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
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</div>
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<br /></div>
<div>
FIN</div>
</span></div>
ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-30708102173206230452014-09-16T23:47:00.000-07:002014-12-03T02:57:23.586-08:00NUBE ROJA<h2>
SEPTIEMBRE DESCEREBRADO</h2>
<h3>
ATECEA publica nueva entrada en su proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, os dejamos el noveno cuento desarrollado con ALFONSO GARCÍA.</h3>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP2QHk0giyP6-ItwXs2GjSIYa6RWu8WPnqP-oL7HIgNulXrt9c09xw3sOPo_U0MXPelYz6xJDR3v_DSYLNlaUyNTqlG9Xebb1KQtwGOczliLpXZSXEv5wigLeB7fW88f7BeItPBEXFQ_Q4/s1600/IMG-20141203-WA0003.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP2QHk0giyP6-ItwXs2GjSIYa6RWu8WPnqP-oL7HIgNulXrt9c09xw3sOPo_U0MXPelYz6xJDR3v_DSYLNlaUyNTqlG9Xebb1KQtwGOczliLpXZSXEv5wigLeB7fW88f7BeItPBEXFQ_Q4/s1600/IMG-20141203-WA0003.jpg" height="200" width="111" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Alfonso García</td></tr>
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NUBE ROJA</h2>
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Nube Roja era un león de pocos años que nunca se rendía. Viento que Pasa, que así se llamaba su papá; se ganaba la vida como peluquero de animales. Siempre que sus estudios se lo permitían, nuestro joven león y su hermano, que era mayor que él, se iban con su padre los fines de semana para ayudarle en su trabajo. Como llevaba mucho tiempo en el oficio y era un artista consumado en lo suyo, el padre de éste tenía muchos clientes repartidos por todo Aragón. En realidad, Viento que Pasa lo que quería era enseñar el oficio a sus hijos por si acaso en el futuro decidían abandonar los estudios. Para desgracia de la familia, un día ocurrió que su papá tenía mucho trabajo y les pidió que le ayudasen en su labor. Tenían que ir a un pueblo del Pre-Pirineo oscense, concretamente a la Sierra de Guara. Era un pueblo pequeño, medio deshabitado que se llamaba Otín. Resulta que llegaron allí, y como siempre, empezaron la faena. Aquella terrible mañana tenían 3 permanentes, 2 tintes y 4 mechas por hacer con sus respectivos cortes de cabello, pero todo salió mal. Las permanentes quedaron demasiado rizadas, no acertaron con el tono de los tintes, las mechas quemaron el cabello de sus clientes... En fin, todo mal. A los animales de Otín esto no les pareció bien, de modo que se fueron a quejar a Ortiga Picante, la bruja del lugar. Ésta vivía cerca del Dolmen que se encuentra en las inmediaciones del pueblo. Una vez allí, los indignados cuadrúpedos le comentaron a la hechicera su malestar por el trato que habían recibido por parte de los barberos que llegaron al pueblo. Al terminar las bestias de exponer su relato, la vieja pronunció un potente conjuro mientras preparaba una pócima a base de cola de lagartija soltera, patas de araña viuda, pelos de mosca recién parida y 3 dientes de murciélago medio moribundo. Lo coció media hora a fuego lento con una rama de mandrágora y les dijo a sus clientes que se lo dieran a beber a los rapabarbas sin que éstos se dieran cuenta. La bruja les advirtió que tuvieran paciencia porque el brebaje tardaría en hacer efecto, pero que, sin lugar a dudas, lo que tuviera que ocurrir, ocurriría a las 13 horas de un día cualquiera. Así lo hicieron los escocidos bichos, pero el hijo mayor no bebió del brebaje. Gracias a Dios, se encontraba mal en aquel momento y se fue a la cama pronto. Los tremendos efectos de aquel caldo no se hicieron esperar, para desgracia de aquella feliz familia.</div>
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Terminado el trabajo, Viento que Pasa y sus hijos volvieron a Zaragoza. Transcurrió el tiempo y cuando Nube Roja tenía 19 años, sucedió. Habían ido a pasar unos días a Villa la Raya, pueblo natal de los padres, porque eran las fiestas. A poca distancia de allí se encuentra Zampilandia, que estaba en la misma situación festiva. Los dos pueblos son provincia de Huesca. Una vez que la fiesta decayó en el lugar, Nube Roja y sus amigos cogieron su “piedramóvíl” y se fueron a Zampilandia para ver si pescaban alguna hembra apetitosa. A media noche, parte de sus amigos se fueron a dormir y quedaron en la aldea nuestro amigo y un compañero. Pasaron toda la noche y parte de la mañana retozando con lindas leonas del lugar... A las 12 de la mañana volvieron en su piedramóvil a Villa la Raya y, después de parar en el camino para llenar el “piedradepósito” de combustible, tuvieron un accidente con un “pedruscomóvil”, eran las 13 horas. Como resultado de aquel fatídico encontronazo, el joven aprendiz de peluquero se dio un golpe tan fuerte en la cabeza, que lo dejó 35 días contando pajaritos. Y su amigo…, su amigo se fue a la selva del cielo a cazar ciervos en mejores sabanas.</div>
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Lo ingresaron en la unidad de cuidados intensivos de la caverna del chaman Miguel Servet de Zaragoza. Cuando Nube Roja despertó de su sueño, de tantos pajaritos como contó, se convirtió en uno de ellos. No conocía a nadie, no podía moverse, no podía decir ni pío. Aquello se escapaba de los conocimientos del mago, después de mucho tiempo en aquellas condiciones, cuando ya casi habían perdido toda esperanza de recuperar a su cachorro. Un día, su madre Hierba Buena le dio una rosa roja boca abajo. El joven la cogió y le dio la vuelta. Aquel simple detalle llenó de alegría el corazón de los apenados padres de Nube Roja. Nunca antes hubieran pensado que tan sencillo gesto pudiera significar tanto para ellos. Aquel fue el primer síntoma de la mejoría del pequeño. Después de éste, vino otro de particular significación. Al cuarto mes de estar ingresado, estando a solas, el joven Nube Roja le lanzó un débil rugido a su padre. Cuando la madre entró en la habitación y vio la cara de felicidad de su marido, adivinó que algo muy bueno había ocurrido. Él se lo contó y seguidamente le dijo a su hijo que le dijera algo a su mamá, y el pequeño lanzó otro sutil rugido, aunque con diferente tono. Que un león rugiera a sus padres, se consideraba una falta grave de respeto, pero a ellos esto les supo a gloria bendita. A partir de aquellos primeros adelantos, vinieron más y más. Por insignificante que éstos fueran, todo avance era celebrado como si del mejor premio se tratara. El enfermo no lo sabía; pero mientras estuvo inconsciente, Flor silvestre, la leona con la que estaba arrejuntado en aquel entonces, estuvo visitándole muy a menudo. Al entrar le besaba, saludaba a sus padres, se sentaba un ratito haciéndole compañía y, después de besarle otra vez en la frente, se marchaba. Los amigos de Nube Roja también le fueron visitando de vez en cuando. Eran buenos amigos y lo fueron más cuando éste recuperó la consciencia y supo de la gravedad de su estado. Sabía que sería muy difícil que volviera a ser el mismo de antes. Y con todo el dolor de su corazón le dijo a su amada que no volviera. Le dijo que no quería complicarle la vida, que quería estar solo, que se buscara a otro compañero, se casara con él y que fuera feliz. Le dijo que siguiera con su vida como si nunca le hubiese conocido… Flor silvestre no quería irse, ella lo amaba de verdad. Pero, Nube Roja insistió tanto que al final tuvo que desistir de su empeño. Y con amargura, su amada dejó de visitarlo.</div>
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En total, estuvo 10 meses en la cueva del chaman Miguel Servet, después de los cuales le dieron el alta médica. Pero Nube Roja no estaba ni mucho menos recuperado. Al poco tiempo, Viento que Pasa tuvo un accidente y dejó viuda a la pobre Hierba Buena. Fue a las 13 horas, y con esto se cumplió la maldición de la malvada bruja. La mamá de Nube Roja tenía que bregar sola con su hijo, el cual, no podía valerse por sí mismo. Con todo el dolor de su corazón por la dramática perdida de su marido, su madre no se amilanó. Su hijo la necesitaba con urgencia en plenas facultades, y ella hizo de tripas corazón y se dedicó en cuerpo y alma a él. Aunque aquella selva no estaba preparada para entender el mal que aquejaba a Nube Roja, ella no cejaba en su empeño de buscar a alguien que le pudiera ayudar. Hizo lo posible y lo imposible por encontrar a un chaman que pudiera curar a su cachorro, pero nada. Después de un tiempo, éstos veían que aquel caso se les escapaba y desistían del empeño. Entretanto, Nube Roja empezó a hacer ejercicios por su cuenta. Se había propuesto recuperar su antiguo aspecto y, en la pared de su habitación, colgó una fotografía de cuando estaba bien para irse comparando. Todos los días hacía cientos de ejercicios. Aunque casi sin poder, salía a la calle solo para ir a ver a los diferentes chamanes que su madre le buscaba. Tenía problemas para recordar el camino de vuelta pero, si algo le sobraba a Nube Roja, era coraje para hacer frente a las dificultades. Al principio le costaba más encontrar las cosas, pero cuando se sentía perdido preguntaba a la gente y ya está. Como su andar era titubeante, a veces llegó a caerse al suelo, pero él se levantaba con mucho esfuerzo y, como si nada hubiera pasado, continuaba su camino. Prefería que nadie le ayudara; quería solucionar sus problemas por sí mismo sin depender de nadie.</div>
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Así siguieron las cosas por mucho tiempo hasta que un día su padre, desde el cielo, le mandó a un ángel para que les ayudara. Una mañana sonó el teléfono en casa de Hierba buena. Ella lo cogió, y una voz desconocida de un león le dijo que estaba reuniendo a todos los familiares de aquejados por daño cerebral. Le preguntó si quería formar parte de la Asociación y ella contestó inmediatamente que sí. Al colgar el auricular, un profundo suspiro brotó de su boca y unas lágrimas mezcla de alegría y dolor manaron de sus ojos. Y dio las gracias a Dios por escuchar sus plegarias. Tras muchas vicisitudes, aquel grupo de familiares consiguió fundar ATECEA (Asociación de Traumatismo Encéfalo Craneal y Daño Cerebral). Consiguieron, no sin mucho sacrificio, dar a conocer y avanzar en el estudio de algo que hasta entonces era tan desconocido. Cuando Nube Roja estuvo mejor, se alistó para dar charlas sobre prevención vial en los colegios. Le gustaba sentirse útil para los demás. No fue fácil y, aunque aún le quedaban secuelas de aquel tremendo accidente, Nube Roja aprendió a asumir su nueva vida. Y lo más importante, aprendió que toda vida es digna de ser vivida. </div>
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ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-83756339881347561772014-08-28T05:33:00.000-07:002014-12-03T02:53:01.751-08:00 LA SEGURIDAD DE FEDERICO <h2>
AGOSTO DESCEREBRADO</h2>
<h3>
ATECEA publica nueva entrada en su proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, os dejamos el octavo cuento desarrollado con RAFAEL GERICÓ.</h3>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMCdxCM6zmMIsaaF0ecmpF4X5LwI2NK-fbyBaH7WUPHQgyuf6aJN31ZfZwsTpIfbSlHVTH806iOr90CwPGpsbKqrz3TIaR9SAtjD_XVujZ8TPjb0qei3lk7eZKC_cakIo-DZEY1K3U2ZrL/s1600/rafael+jeric%C3%B3.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMCdxCM6zmMIsaaF0ecmpF4X5LwI2NK-fbyBaH7WUPHQgyuf6aJN31ZfZwsTpIfbSlHVTH806iOr90CwPGpsbKqrz3TIaR9SAtjD_XVujZ8TPjb0qei3lk7eZKC_cakIo-DZEY1K3U2ZrL/s1600/rafael+jeric%C3%B3.JPG" height="150" width="200" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Rafael Gericó</td></tr>
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LA SEGURIDAD DE FEDERICO</h2>
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Había una vez una tortuga que se sentía muy segura de sí misma. Y vosotros os preguntareis, seguramente, a qué era debida esta seguridad. Pues bien, a continuación voy a contaros la historia de la tortuga Federico y sabréis a qué me refiero:</div>
<div style="text-align: justify;">
Resulta que Federico, después de muchos sacrificios, había conseguido pagar su vivienda. Y esto le proporcionaba mucha confianza. ¡Cómo! ¿Que no sabíais que las tortugas también pagan hipoteca? Pues sí, debéis de saber que todas las tortugas no solo tienen que pagar mensualidades al banco, sino que también pagan el impuesto sobre los bienes inmuebles y demás cargas que como todo propietario cotiza al Ayuntamiento por tener un bien en propiedad. Bueno, a decir verdad, hay dos cosas que no pagan, una de ella es la comunidad y la otra es el ascensor. Pero esto es por razones obvias que son fáciles de comprender, pues todas las tortugas viven en el entresuelo del chalet que remolcan. Pero por lo demás, como cualquier hijo de vecino. Como os iba diciendo, resulta que esta confianza que le aportaba tener la vivienda en propiedad le repercutía en muchos aspectos de su vida. Le repercutía por ejemplo en el caminar. Desde que Federico había terminado de pagar el último recibo de la hipoteca su forma de caminar había ganado prestancia, no sé cómo explicarlo. Había ganado, había ganado más aplomo, ¿me comprendéis? Antes su paso carecía de estilo, era un paso pausado y torpe, ¡puf! Ahora era ligero como si no pesara nada. En dos palabras, más elegante. Por otra parte, las notas en el colegio habían experimentado una considerable mejoría. Aquel aporte de firmeza le repercutía en el poder de concentración y retención de las lecciones. También se le conocía aquella mejora en el éxito con las hembras, debido a que había aumentado de forma exponencial. Antes no se comía una rosca. Las féminas lo evitaban y, después de adquirir la vivienda no paraba de salirle rollos con bellas tortugas que antes ni se le hubiera pasado por la cabeza atacarles. Y mucho menos proponerles eso, eso que ya saben... Otra de las cosas que había cambiado era el gusto por los deportes de riesgo. Y esto fue lo que le iba a trastocar el curso de su vida. Me explico: resulta que a raíz de ir más suelto económicamente se apuntó en una Asociación de Montañeros para practicar eso que llaman "puenting", (para el que no lo sepa, el "puenting" es aquella actividad lúdica que consiste en que sus practicantes se tiran desde un puente). Pues bien, uno de los domingos que subieron a uno de ellos para practicar este deporte, después de que sus amigos saltaran, se puso el arnés, se encordó a toda prisa, ató el extremo de la cuerda a la barandilla, se encaramó al filo del precipicio y saltó. Como estaba un poco gordito y la cuerda era elástica, cuando la soga llegó a su máxima extensión, cedió más de lo previsto y fue entonces cuando se golpeó contra las rocas partiéndose en dos su concha.</div>
<div style="text-align: justify;">
Federico se quedó desnudo y sin casa. Tenía entonces 10 años, que para una tortuga significa todavía estar en la infancia. Cuando sus compañeros lo vieron allí tirado en el suelo temblando de frío y con un ataque de longevidad aguda con temblores aritméticos acompasados, se asustaron tanto que bajaron rápidamente a socorrer a su amigo. Intentaron meterlo en el coche para llevarlo al Hospital a toda prisa. Pero, aquello no hizo más que aumentar por 10 las consecuencias de aquel aparatoso accidente. Una vez se repuso de la crisis y de las pequeñas heridas que le produjo el percance, Federico volvió a su casa enfundado en dos camisetas. Pero ya no sería nunca más aquel Federico que desbordaba seguridad en sí mismo. Ahora todo le producía temor. Ahora era un mar de dudas. Ahora ya nada era igual. Aquel golpe no solo le quitó su casa sino que le rompió por dentro. Debajo de aquel puente se quedó la llave de su triunfo en la vida que era la fe en sí mismo. Cuando se enfrentaba a un examen, se quedaba en blanco a pesar de que se lo había preparado a conciencia. A partir del accidente el éxito con el sexo opuesto fue disminuyendo paulatinamente hasta quedar en nada. A partir de aquel horrible día su andar volvió a ser tan aparatoso como antes de la compra de su chalet, he incluso se podría decir que caminaba peor. En fin, cuantos más fracasos tenía Federico, su autoestima más bajaba y más nervioso se ponía cuando tenía que enfrentarse a las dificultades. Y cuanto más nervioso se ponía al enfrentarse a los problemas, peor le salían las cosas. A partir del aquel incidente se refugió en la familia y especialmente en su padre al que idolatraba. Nuestra tortuga entró en una espiral de la que era imposible salir sin ayuda. Pero no encontraba una mano amiga que le comprendiera. Los sucesivos fracasos fueron frustrando sus deseos de terminar una carrera a pesar de que era un estudiante excelente. A los 15 años le volvieron a repetir los ataques de longevidad aguda con temblores aritméticos acompasados, pero esta vez eran más fuertes y más habituales. Acudió a infinidad de chamanes y todos le dijeron que su enfermedad le acompañaría toda la vida a no ser que consiguiera encontrar la flor blanca de la paz. Le dijeron que aquella flor sólo crecía en un jardín en la más alta cumbre de lo profundo de cada ser vivo. Y que para encontrarla, tenía que emprender un largo y peligroso viaje hacia su interior. A lo que él preguntaba:</div>
<div style="text-align: justify;">
−Sí, bueno, pero ¿dónde se coge el billete? ¿Dónde está la estación para ir hacia adentro? ¿Cómo se hace eso?</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero nadie tenía las respuestas a estas preguntas. A los 16 años empezó a trabajar en primer lugar recogiendo fruta. Después repartiendo la correspondencia bancaria. Más tarde en la logística de una almacén alimenticio, pero en ninguno de ellos duró mucho tiempo porque cuando se daban cuenta de su problema, o lo echaban, o él mismo se iba sin esperar a que sus jefes lo pusiera de patitas en la calle. Pero aquí no terminaron sus problemas porque, como es natural, un día su padre murió y más tarde su madre. Entonces, Federico se quedó solo. Ya no tenía a nadie a quien acudir cuando estaba triste y desamparado. Bueno sí, tenía una hermana que estaba casada y con hijos, pero ella tenía sus propios problemas y aunque en algunas ocasiones le ayudaba, Federico no quería abusar de la buena voluntad de ésta. Así que cuando cumplió los 25 años, partió a la búsqueda de aquella flor blanca que los chamanes le habían nombrado, aquella flor que estaba dentro de él. Cruzó montañas. Cruzó océanos. Anduvo por selvas, desiertos, estepas y conoció todo tipo de culturas y seres vivos. Hasta que un día; tuvo la suerte de parar en un poblado en el que vivía alguien que sí conocía estas flores. El poblado estaba en el fondo de un valle precioso cuyo nombre era Nuria. En el lugar reinaba una paz y una armonía realmente misteriosa. Se llamaba Atecea, allí encontró a una ardilla druida que adornaba su testa con un gorro puntiagudo, vestía túnica blanca y portaba en su mano un palo largo a modo de báculo. Ésta nada más verlo, con voz fina, le dijo:</div>
<div style="text-align: justify;">
−No temas. Sé lo que buscas y yo te puedo mostrar el camino.</div>
<div style="text-align: justify;">
Al oír éstas palabras, Federico se asustó pues aquel roedor arborícola no le conocía de nada. Pero así fue. En un principio no estaba muy convencido de las buenas intenciones de la maga. Pero poco a poco y día tras día fue comprobando que lo que le decía la extravagante druida surtía efecto para bien. Fueron muchos los kilómetros que tuvieron que recorrer juntos dentro de Federico. Fueron muchos los peligros a los que se tuvieron que enfrentar. Y a medida que se acercaban al lugar en donde se encontraba ese jardín al que se referían los chamanes de su infancia y adolescencia, la tortuga iba sintiendo dentro de su corazón un calor inusitado. Un calor que nada tenía que ver con el bien estar que sintió al tener su chalet pagado. Era una seguridad que no nacía de la posesión de algo sino que era una certeza en sí mismo, en su desnudez, por lo que él era sin bienes inmuebles, sino en cuerpo y alma. Y entonces, un día apareció la flor ante él, y se dijo Federico a sí mismo:</div>
<div style="text-align: justify;">
−Si siempre había estado ahí, ¿cómo es posible que nunca la hubiera visto? Gracias a Dios por mi historia. Gracias a Dios que he encontrado este valioso jardín y esta flor maravillosa. Gracias a Dios que he vuelto a mi hogar...</div>
<div style="text-align: justify;">
Y esta es la historia de la tortuga Federico. Y dicen, los que le conocieron, que se quitó una camiseta y comprobó que erar muy bueno jugando al fútbol. Y a pesar de ser pobre y estar desnudo, se sentía la tortuga más rica del mundo. Y colorín colorado, esta historia, todavía no ha terminado.</div>
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FIN</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfJBE6IcNN67-n6hBlQgyVcDMnT5JEPYeZ5pCEBuqQieJdUF4v2be3Wn_NNumXQRL9Vp_cLS2ORTKPWat0bhtYmiL4WZmg2ymUzOUadsFEco3ETBOwn5h0Qpgn-pJJc8UHGuQGpRKL2ScT/s1600/IMG-20141203-WA0002.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfJBE6IcNN67-n6hBlQgyVcDMnT5JEPYeZ5pCEBuqQieJdUF4v2be3Wn_NNumXQRL9Vp_cLS2ORTKPWat0bhtYmiL4WZmg2ymUzOUadsFEco3ETBOwn5h0Qpgn-pJJc8UHGuQGpRKL2ScT/s1600/IMG-20141203-WA0002.jpg" height="179" width="320" /></a></div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi80oARILXWg35HVGEQTaCJ7xt6S1Dav3kKNmjzgAwEgtELdeOOP9jgtWOZOkmZYrzYxglVqFEyz9XF-LWQJrsnGle5efatB556XRnwT0f-b2DzfCcErEjPDJ7Tbj-MjEbe8q_MRN31bBBx/s1600/ANGEL+JOVEN.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi80oARILXWg35HVGEQTaCJ7xt6S1Dav3kKNmjzgAwEgtELdeOOP9jgtWOZOkmZYrzYxglVqFEyz9XF-LWQJrsnGle5efatB556XRnwT0f-b2DzfCcErEjPDJ7Tbj-MjEbe8q_MRN31bBBx/s1600/ANGEL+JOVEN.jpg" height="200" width="150" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ilustración Ángel Joven</td></tr>
</tbody></table>
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<span class=""><span class="Apple-style-span" style="color: #333333; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 11px;"><br /></span></span></div>
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<span class=""><span class="Apple-style-span" style="color: #333333; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 11px;"><br /></span></span></div>
<div style="color: #333333; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 16px; text-align: justify;">
<span class=""><br /></span></div>
<div style="color: #333333; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 16px; text-align: justify;">
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ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-56704682322635312372014-07-18T03:02:00.003-07:002014-12-03T02:53:20.782-08:00LA VERDADERA HISTORIA DE OSAGEP<h2>
JULIO DESCEREBRADO</h2>
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ATECEA publica nueva entrada en su proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, os dejamos el septimo cuento desarrollado con DAVID LEZCANO.</h3>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1C01knKnGt5tWHfjBGYfQw3s_m7bd-bMOyRGzwWDWHVh0g6vzJQTl67B4fvH3IrMHEjP235p_nQgHVM-IXHOy9HW1BlHGT7eRD3NiXjNZ5wPvOcejKrH5meHGxZvXtLJsSRBlYTbFXPL1/s1600/David+Lezcano.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1C01knKnGt5tWHfjBGYfQw3s_m7bd-bMOyRGzwWDWHVh0g6vzJQTl67B4fvH3IrMHEjP235p_nQgHVM-IXHOy9HW1BlHGT7eRD3NiXjNZ5wPvOcejKrH5meHGxZvXtLJsSRBlYTbFXPL1/s1600/David+Lezcano.jpg" height="200" width="150" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">David Lezcano</td></tr>
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LA VERDADERA HISTORIA DE OSAGEP</h2>
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Ocurrió una vez en un hermoso valle alfombrado de hierba y cruzado por un riachuelo de aguas cristalinas, en las altas montañas del Pirineo oscense, que una yegua de pura raza Árabe iba a dar a luz. Las contracciones habían empezado y las patas traseras del potrillo ya se asomaban a través del canal. El papá de aquel que luchaba por nacer era un águila real y se llamaba Zeus. Allí estaba, todo él nervioso asistiendo en lo que podía al parto que, a decir verdad, era más bien poco pues, como sabéis, las águilas no tienen manos a pesar de que algunas de ellas son reales. Don Zeus le contaba cuentos, le daba conversación sobre temas místicos y le abanicaba con sus alas para aliviarle el dolor mientras que su amada daba a luz. Cuando ya hubo parido, Épica, que así se llamaba la yegua, se levantó del suelo, se dio la vuelta y empezó a lamer a su potrillo para quitarle los restos de la placenta adherida a su pequeño cuerpo. Ella no cabía en sí de gozo al ver aquel trozo de sí misma tan blanco y bien formado, pero el papá, a simple vista, no parecía muy convencido. La verdad es que Zeus esperaba ver a su hijo con alas para poder enseñarle a volar y jugar con él pero, pensó que los dioses le habían castigado por algo que él hubiera podido hacer en el pasado y por eso estaba triste, se sentía culpable. Desde mucho antes de nacer, habían decidido llamarle Osagep en el caso de que fuera macho y así le pusieron. Osagep yacía en el suelo titubeante intentando levantarse para empezar a mamar, pero no podía. Su mamá lo animaba con dulces relinchos y con el morro intentaba ayudarle, pero nada, no había manera. Don Zeus miraba aquella escena ensimismado en sus propios pensamientos mas, en su cara se adivinaba la mueca del desencanto. Después de media hora de intentos fallidos, Osagep consiguió engancharse a las ubres de Épica. Cuando se hubo saciado, se aventuró a dar unos pasos alrededor de su madre. Poco a poco y día tras día Osagep iba ganando fuerzas y sus correrías le iban llevando cada vez más lejos. La verdad es que era un potrillo de esos que llaman hiperactivo. Don Zeus y doña Épica estaban cansados de repetirle una y otra vez que no se alejara tanto pues los peligros a esas alturas acechaban por todas partes, pero el joven era indomable. Sin embargo, era tan simpático que siempre encontraba la manera de salirse con la suya. Tanto era así que su abuelo le puso por sobrenombre "el bala".</div>
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Cuando llegó la hora de escolarizarlo, lo inscribieron en el colegio H.H. de caballos Maristas de Zaragoza. Los papás de Osagep pensaron que lo que necesitaba su hijo era mano dura para enderezar las malas costumbres que había adquirido allá arriba en la montaña. Pero se equivocaban, no había fuerza en el Olimpo que enderezara a Osagep. Enseguida se hicieron populares sus travesuras, anécdotas y novillos que habitualmente hacía implicando a otros compañeros. Era un líder nato. Los pobres hermanos estaban hartos de Osagep porque como Atila, por donde pasaba no crecía la hierba. Dado el exceso de actividad que desarrollaba el pequeño, decidieron entre los padres y tutores apuntarlo en algún deporte para ver si de esta manera se apaciguaba su exceso de energías. Osagep pasó por todos los juegos que se practicaban en el colegio y en todos ellos sobresalía. Pero el que más le gustaba era el Balón Mano pero, su carácter rebelde hizo que el profesor y entrenador del equipo un día le propinara una coz en sus cuartos traseros que le dejó marcado el hierro de sus cascos para el resto de su vida. Después de esto, decidió practicar el Balón Cesto. Siendo éste último por el que al final se decantó, ya que era el deporte para el que estaba mejor cualificado: ágil, alto, delgado, fibroso, rápido, con mucho nervio y además tenía una gran visión de juego. Poseía una capacidad anotadora extraordinaria. Tanto era así que, de no haber sido por la altura, lo habrían cogido para jugar con el equipo del CAI, porque a pesar de que era alto para la edad que tenía, no llegaba a la altura que se requería.</div>
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En fin, la vida pasaba rápidamente y Osagep iba combinado sus triunfos en el Balón Cesto con su más que dudosa marcha en los estudios. En realidad, él sospechaba que los curas lo aprobaban debido a que lo que deseaban era perderle de vista. Como digo, tras pasar con apuros por la EGB, llegó a 2º de BUP el cual suspendió. Y esta fue la excusa que necesitaba para abandonar los estudios e imitar a su idolatrado hermano carnal que estaba haciendo el servicio militar en los paracaidistas. Se alistó voluntario e hizo el periodo de instrucción en Alcantarilla, Murcia. Estando allí comprendió el porqué de lo que sentía al volar. Cuando saltaba, experimentaba algo que no podía explicar pero que era muy grande. Sentía una felicidad aún mayor que la que le proporcionaba las yeguas al copular. Que por cierto, tengo que decir que Osagep era un Don Juan de aquí te espero…</div>
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Como iba diciendo, haciendo la mili en los paracaidistas comprendió que lo que sentía era debido a que por sus venas corría sangre procedente de un águila real, su padre, Zeus. Cuando se tiraba desde las alturas era tal el placer que experimentaba, que esperaba hasta el último segundo para abrir el paracaídas. Los compañeros le decían que no hiciera aquello pues era muy peligroso, pero él no hacía caso. Hasta que un día ocurrió lo que tenía que ocurrir. El golpe que recibió en la cabeza al llegar al suelo fue tan fuerte, que lo dejó en coma por dos meses. Cuando despertó, Osagep había desaparecido. Tuvo que aprender de nuevo todo, desde lo más simple hasta lo más necesario. Después de 6 meses ingresado en el Hospital, salió. Su familia, sus amigos, los compañeros del colegio y sobre todo, la última novia que tenía le estaban esperando para recibirlo con los brazos abiertos. Entonces comprobó Osagep lo muy querido que era. Comprobó por sí mismo el significado del amor incondicional. En muchas ocasiones, al pensar en ello, se emociónaba. No obstante, al recordar su vida anterior se entristecía porque lo que más le gustaba en la vida era correr, saltar, trotar y ahora ya no podía hacerlo. Era todavía muy joven y sentía que su vida se había truncado para siempre y maldecía a los dioses por ello. Se sentía mal, aunque en algunos momentos para animarse se decía: “Carpe Diem, Carpe Diem”… Que quiere decir “vivir el momento”.</div>
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Ocurrió un día, mucho tiempo después del accidente que empezó Osagep a sentir un dolor insoportable en los flancos, encima de las paletillas. Zeus y Épica lo llevaron rápidamente al Hospital Veterinario muy inquietos y allí lo examinaron de arriba abajo para determinar el origen del mal. Después de pasar por todo tipo de máquinas y pruebas, les aconsejaron que no se preocuparan ya que lo que le estaba ocurriendo a su hijo era propio de la naturaleza. Les comunicaron que pronto su hijo podría volar, debido a que le estaban saliendo las alas que de su padre había heredado. Les dijeron también que el dolor agudo remitiría cuando ese nuevo miembro de su cuerpo se hubiera desarrollado todo lo que tenía que desarrollar. Al oír esto, los padres de Osagep no se lo podían creer. Después de todo lo que habían sufrido con su hijo, esta buena noticia no se la esperaban. Se lo llevaron a casa esperanzados en que lo que les dijeron los médicos fuera verdad, y así fue. Con el paso de las semanas, aquel apéndice iba tomando cuerpo, como cuerpo iba tomando también la alegría de sus padres. Una vez acabaron de crecerle aquel par de alas; Zeus, todo excitado de alegría, llevó a su hijo al lugar en donde había nacido. Allí empezó a enseñarle todo lo que sabía con respecto al vuelo. Poco, muy poco a poco Osagep se iba fortaleciendo en cuerpo y alma. Y rápido, muy rápidamente fue aprendiendo todo lo que el padre tenía que transmitirle.</div>
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Hasta que por fin, el milagro se realizó. El hijo de Zeus se convirtió en un excelente caballo volador. Y dicen los que le conocieron que a partir de entonces estaba Osagep tan agradecido, que por donde pasaba crecían las flores. Y cuentan y dicen los que le conocieron que por donde pisaba, brotaba el amor. Y dicen y cuentan que Osagep se reconcilió con los dioses dándole las gracias por su historia. Sus padres decidieron cambiarle el nombre porque, como había vuelto a nacer, consideraron que lo más oportuno era bautizarlo de nuevo y le dieron la vuelta a su nombre. A partir de aquel momento lo llamarían Pegaso. Pegaso, el caballo volador…<br />
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FIN</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGZKgrPh0O2T87cmCdwbosU_aHuUH-0DaNexz7_nDpvqcX8WXCEZzBCkVzFnzxFMevX9h4CYAYukr04NKHN_JdwJyvH6Ouaj4s3PSWGMbhFjy2NwUxJvNm8q1dFk4d8HdvYPC_t0-RiP7N/s1600/20141203_105708.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGZKgrPh0O2T87cmCdwbosU_aHuUH-0DaNexz7_nDpvqcX8WXCEZzBCkVzFnzxFMevX9h4CYAYukr04NKHN_JdwJyvH6Ouaj4s3PSWGMbhFjy2NwUxJvNm8q1dFk4d8HdvYPC_t0-RiP7N/s1600/20141203_105708.jpg" height="180" width="320" /></a></div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi80oARILXWg35HVGEQTaCJ7xt6S1Dav3kKNmjzgAwEgtELdeOOP9jgtWOZOkmZYrzYxglVqFEyz9XF-LWQJrsnGle5efatB556XRnwT0f-b2DzfCcErEjPDJ7Tbj-MjEbe8q_MRN31bBBx/s1600/ANGEL+JOVEN.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi80oARILXWg35HVGEQTaCJ7xt6S1Dav3kKNmjzgAwEgtELdeOOP9jgtWOZOkmZYrzYxglVqFEyz9XF-LWQJrsnGle5efatB556XRnwT0f-b2DzfCcErEjPDJ7Tbj-MjEbe8q_MRN31bBBx/s1600/ANGEL+JOVEN.jpg" height="200" width="150" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ilustrador Ángel Joven</td></tr>
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ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-38336553647661422922014-06-03T02:51:00.000-07:002014-12-03T02:53:40.756-08:00ÁNGELA, LA GNOMA<h2>
JUNIO DESCEREBRADO</h2>
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<b>ATECEA publica nueva entrada en su proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, os dejamos el sexto cuento desarrollado con BALBINA.</b></h3>
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<b><br /></b></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi377enGHnepkMvQrqlRHopdSbxKM0fQzL476D6C7oDNhtj0LnLk7cwmtmjLACi0fD90nWhhD_Dyi-YmUqh7nRZ4JquumIKMPERhT2_nIPtzqF4yOZr6X0abCm__wNcn-bQWFYUSCuT_S4b/s1600/balbina.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi377enGHnepkMvQrqlRHopdSbxKM0fQzL476D6C7oDNhtj0LnLk7cwmtmjLACi0fD90nWhhD_Dyi-YmUqh7nRZ4JquumIKMPERhT2_nIPtzqF4yOZr6X0abCm__wNcn-bQWFYUSCuT_S4b/s1600/balbina.jpg" height="200" width="150" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Balbina</td></tr>
</tbody></table>
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<h2>
ÁNGELA, LA GNOMA</h2>
<div style="text-align: justify;">
−Enfermera, páseme la sierra.</div>
<div style="text-align: justify;">
− ¿Quiere la motosierra o la manual, doctor?</div>
<div style="text-align: justify;">
−No, deme mejor la motosierra. Iremos más rápido.</div>
<div style="text-align: justify;">
La enfermera se la acercó y don Tubérculo cogiéndola con fuerza con una mano, con la otra la puso en marcha tirando de una maneta. Apoyó la punta de la sierra en la frente de la paciente y comenzó a abrir el cráneo siguiendo una línea que previamente había trazado. Con mucho cuidado, como solo puede hacerlo un cirujano, primero separó toda la frente, después continuó por encima de la oreja derecha. Y así fue dando la vuelta a toda la cabeza. Cuando llegó al punto en el que había empezado, apagó la herramienta y la dejó en el suelo. Seguidamente y con sumo cuidado, cogió la parte superior de la testa y tiró de ella. Al momento apareció debajo del casco una masa gelatinosa que correspondía al encéfalo. Alrededor de él, tenía adherido una cosa negra que lo atenazaba. Con mucha paciencia, el doctor lo fue cortando a trozos hasta que consiguió desprender de los sesos los tentáculos del parásito. La operación duro 15 horas. En ella, don Tubérculo se vio obligado a extirpar parte de la masa encefálica debido a que el dejarla allí hubiese supuesto un peligro para la vida de Ángela. Por otra parte, estaba gravemente perjudicada afectando al lado izquierdo del cuerpo y sin posibilidad de recuperación. El médico consideró que la única alternativa posible era extirpar la zona dañada y, así lo hizo. En el lugar en el que había extirpado, para que no quedara hueco, puso un trozo de tarta de cabello de ángel que había comprado esa misma mañana para desayunar. Viendo que aún así no conseguía rellenarlo del todo y, aprovechando que su perro Coker Spaniel color canela hacía poco que había muerto y tenía allí mismo el cadáver, don Tubérculo le extrajo parte del cerebro para terminar de rellenar el de Ángela. Una vez cumplimentado el espacio, volvió a colocar la zona superior del cráneo en su sitio y lo unió con grapas. Para que le fuera más fácil el movimiento en el futuro, le amputó la pierna izquierda y en su lugar le implantó la rueda de la bicicleta con la que iba todos los días a la seta hospital. Y como brazo, le injertó el manillar de la bici. Estaba claro que no le iba a suplantar en todas las funciones de la mano, pero al menos, aquella extremidad le serviría de apoyo para sujetar las cosas y para frenar la rueda. El ojo izquierdo había perdido gran parte de su agudeza; sin embargo, todavía le quedaba algo de su antiguo esplendor. Con lo cual, don Tubérculo consideró innecesario extraerlo. Pero, estuvo a un tris de ponerle también el de su perro. Una vez concluida la operación, el médico se volvió a su casa en un pato autobús con la bici a cuestas… Y a la recién operada, la subieron a la unidad de cuidados intensivos de la seta hospital Miguel Servet.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ángela era una gnoma muy bella, tanto que tenía a todos los jóvenes gnomos coladitos por ella. Para ser una gnoma, era extraordinariamente alta. De cabellos rubios y sedosos. De escultural cuerpo. Ella se consideraba una payasa, pues le gustaba hacer reír a sus compañeros del colegio y lo conseguía. Una vez, hizo reír tanto a su mejor y más querida amiga, que se le fue el “grifo” como ellas solían decir al pis. La mamá de ésta, tuvo que traerle unas bragas nuevas rápidamente para que se pudiera cambiar... En fin, era muy simpática. Desde pequeñita había deseado servir a los demás y, a los 14 años, cuando terminó la Enseñanza General Básica, empezó a estudiar para auxiliar de clínica, geriatría y puericultura. Una vez acabado, le aconsejaron que hiciera un curso de dietética y nutrición porque decían que tenía mucha salida, y lo hizo; no obstante, la verdad es que le sirvió de poco. También empezó la carrera de Magisterio a la par que trabajaba como enfermera en la seta clínica Quirón de Zaragoza. Mas solo realizó el primer curso porque era demasiado esfuerzo para ella. Considerando que ya trabajaba en lo que toda la vida había deseado, sacarse la carrera de profesora, era un esfuerzo innecesario -pensó-. Después de tres años dedicados en cuerpo y alma a los demás en la Seta Quirón, el médico pediatra que ejercía allí, al verla con aquella alegría le propuso que se fuera a trabajar con él en su seta clínica. Sin pensárselo dos veces dijo que sí, pues estar con niños enfermos y alegrarles la vida era para ella alcanzar sus máximas expectativas en la vida. Tenía 18 años cuando empezó en la seta clínica pediátrica y allí terminó su vida laboral. A esa misma edad conoció en Salou a Pedregal, el gnomo con el que mucho tiempo después se casaría. Él tenía 10 años más que ella; sin embargo, para Ángela aquella diferencia no era ningún obstáculo. Muy al contrario, le causaba admiración y le hacía sentirse muy femenina salir con todo un señor bien plantado... Un día la invitó a ir al cine y fue la peor experiencia de su vida, porque escogieron una película muy desagradable. Después de aquel intento de acercamiento, dejaron de verse durante mucho tiempo. Pero no adelantemos acontecimientos y volvamos a su infancia: toda la familia de gnomos de nuestra enfermera vivía en el tronco de un árbol que el río Ebro depositó en la orilla de éste frente a la seta Basílica del Pilar y junto a las piscinas de la seta polideportivo Helios. Ángela tenía una hermana a la que estaba muy unida sentimentalmente que se llamaba Delfina. Siempre estaban juntas y se apoyaban en todo. Aquellos días a orillas del Ebro jamás se le olvidarían. Eran sus goces tomar el sol con el rumor que el agua producía al pasar, chapotear con su hermana, salpicarse, jugar juntas al escondite... ¡Ay! Las cosas propias de la niños. Tuvieron un perrito en casa 15 años, al que pusieron por nombre Bubi. Bubi hacía las delicias de Ángela, ella se empeñó en que se lo trajeran y, continuamente amenazaba a sus padres con que quería tener un hermano, de lo contrario compraría un pastor alemán. Al final le trajeron a Bubi que acababa de nacer y era de una raza que no crecía mucho. La pena fue que cuando ya era viejecito, le dio una parálisis en las patas y lo tuvieron que sacrificar. Ángela lo pasó tan mal que, aún después de muerto, por mucho tiempo estuvo oyendo las pisadas del pobre perro por las noches, como si se acercara a su habitación para dormir a sus pies, como solía hacer siempre. Pero eso no fue lo único que marcó su infancia, en una crecida el Ebro, éste expropió el tronco en donde habían vivido tantos años. Toda la familia quedó en la calle muy apenados al contemplar impotentes cómo las aguas se llevaban con ellas todos sus enseres y los recuerdos más queridos. De allí se fueron a vivir a los bajos de un árbol en un parque cercano. Aunque no era lo mismo, aún así, Ángela siguió con su costumbre de bajar todos los días a tomar el sol cerca de la Seta Helios.</div>
<div style="text-align: justify;">
La madre de Ángela era de La Rioja. De una pueblecito que se llamaba Santa Engracia de Jubera. Allí se iban de vacaciones todos los veranos. De aquella época guardaba también muchos y muy buenos recuerdos, pero había uno al que le tenía un especial cariño. Cerca del pueblo había una aldea que se llamaba Santa Cilia en la cima de un monte. En la que solo lo vivía un gnomo. Era un anciano muy especial. De aspecto venerable. De hablar lento. De trato agradable y con el tiempo se hicieron grandes amigos. A ella le causaba mucho respeto. Lo consideraba como el gnomo más sabio del mundo. Y siempre que podía, subía a la aldea para formularle las preguntas que le inquietaban en aquel momento.</div>
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Ángela tenía 31 años cuando empezó a salir con Pedregal y se casó con él a los 36. No tuvieron hijos, pero teniendo en cuenta las circunstancias en las que se encontraba, ella decía que era lo mejor. Aunque sí que le hubiese gustado tener alguno. Su esposo y el marido de su hermana eran hermanos y en su matrimonio, tuvo mucho que ver Delfina porque, sabiendo que se gustaban, propiciaba los encuentros. A los 3 años de casarse, Ángela empezó a sufrir unos pequeños dolores de cabeza. La médica le decía que, o bien eran migrañas o jaquecas lo que padecía y, le recetaba jarabe de mosca virgen con colas de lagartija viuda y cuatro patas de araña en celo pero los dolores persistían. Después de muchas visitas, la médica accedió a hacerle una fotocopia al trasluz de rayos cósmicos ultravioletas en la cabeza y, entonces se lo encontraron. Era un pulpo tricéfalo que se le había colado por el oído, probablemente mientras dormía a orillas del Ebro.</div>
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Cuando Ángela despertó después de la operación, no se reconocía a sí misma. No sabía quién era ni lo que había pasado, aunque con el tiempo fue poco a poco recuperando el recuerdo. Cuando volvió la deseada normalidad, lo que más lamentaba era no poder dedicarse a servir a los demás y en especial a los niños, pero, ¿qué se podía hacer?-se decía-. Ella aceptó de buen grado el drástico cambio que hubo en su vida, entre otras cosas, gracias al apoyo y la comprensión que en todo momento le brindó Pedregal. Por otra parte, muy al contrario de lo que cabía esperar, su carácter se había, se había, ¿cómo decirlo? Se había "angelizado", probablemente como consecuencia del pastel de cabello de ángel que don Tubérculo le colocó de relleno en el cerebro. De vez en cuando se le escapaba algo parecido a un eructo, aunque en realidad era un ladrido de un Coker Spaniel color canela propiedad del médico que la operó. Y ella, pensando que era un gas siempre pedía disculpas, ¡uy, perdón! −decía riendo y tapándose la boca con la mano.</div>
<div style="text-align: justify;">
Debido a las condiciones físicas en las que estaba Ángela, cuando su salud lo permitió, se fueron a vivir a una seta unifamiliar con rampa y ascensor cerca del seta polideportivo más prestigioso de la ciudad, cuyo nombre era Siglo XXl . Allí conoció a grandes gnomos del deporte que estaban en su misma situación. Entre todos formaron un equipo espectacular que causaba furor en las plazas, terracitas y otros ámbitos... En muchas ocasiones, cuando estaba con sus amigos deportistas riendo y contando cosas intrascendentes, se preguntaba Ángela qué le depararía el futuro. Y os puedo asegurar que día a día lo fue descubriendo y ni en sus mejores sueños pudo imaginar todo lo que la vida le tenía reservado. Tuvo una vida no exenta de sacrificios eso sí, pero plena de ventura, gozo y amor. Pero esto, ya es otra historia...</div>
<br />
FIN<br />
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ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-11136832354074571982014-05-28T01:39:00.002-07:002014-12-03T02:55:20.247-08:00EL EXORCISTA, EL CHIHUAHUA Y GRABIELA<h2>
MAYO DESCEREBRADO</h2>
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<span style="font-size: large;">ATECEA publica nueva entrada en su proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, os dejamos el quinto cuento desarrollado con BEATRIZ MARCO.</span><br />
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<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlA9MX1-f24fNLaait0AmNosp9yX-JKuFNBd8fnQpPsUZk_d9-5rzUA97TrB70kszu48atmnap_QFP_DaFyeXjyZy5bdBhijdfdSxZeAcgrQai4PVxe5O8WBGU3xkmafspPrA1y2RMeeJp/s1600/beatriz_marco_y_venancio_rodriguez_cuentos_descerebrados_atecea+%5B640x480%5D+%5B320x200%5D+%5B320x200%5D.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlA9MX1-f24fNLaait0AmNosp9yX-JKuFNBd8fnQpPsUZk_d9-5rzUA97TrB70kszu48atmnap_QFP_DaFyeXjyZy5bdBhijdfdSxZeAcgrQai4PVxe5O8WBGU3xkmafspPrA1y2RMeeJp/s1600/beatriz_marco_y_venancio_rodriguez_cuentos_descerebrados_atecea+%5B640x480%5D+%5B320x200%5D+%5B320x200%5D.jpg" height="179" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Beatriz Marco Y Venancio </td></tr>
</tbody></table>
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<h2 style="text-align: justify;">
EL EXORCISTA, EL CHIHUAHUA Y GRABIELA</h2>
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<div style="text-align: justify;">
A raíz de un fatídico accidente de tráfico, a Gabriela la poseyó el espíritu de un perro chihuahua.</div>
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Mientras cruzaba un paso cebra, regulado por un semáforo que para ella estaba en verde, el coche de la Perrera Municipal la atropelló. A Esteban, el conductor del coche, le gustaba conducir rápido. Y lo hacía muy bien pero su perro chihuahua, que en ese momento lo llevaba suelto dentro del coche, se le subió encima y al querer apartarlo, quitó por unos segundos los ojos de la avenida por donde circulaba. Cuando quiso volver a mirar a la calzada, ya era demasiado tarde, no le dio tiempo a esquivar a la niña que cruzaba la calle confiadamente y la atropelló. El golpe la lanzó por los aires a 12 metros de distancia del coche, yendo a aterrizar con la cabeza en el bordillo de la acera. Y allí quedó inconsciente hasta que vino la ambulancia y se la llevó al Clínico. Por su parte, el coche de la Perrera tampoco salió muy bien parado del encontronazo. Al tratar de esquivar a la pequeña, el conductor dio un volantazo haciendo que el vehículo volcara, dando unas cuantas vueltas de campana y dejando el chasis completamente destrozado. A Esteban le tuvieron que dar 20 puntos en la cabeza, enyesar un brazo, una pierna y hacer cuatro implantes en la boca. Pero el que peor parado salió del trance, fue el perro, que murió en el acto.</div>
<div style="text-align: justify;">
Después de hacerle las curas necesarias, Gabriela permaneció ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos por dos meses y medio en coma profundo debido a la gravedad de las heridas recibidas, principalmente en la cabeza. El traumatismo craneoencefálico sufrido, era tan severo que le había producido un coágulo que le presionaba el cerebro y hubo que extirpárselo con extrema urgencia. Los médicos pusieron a la familia al corriente de la situación de su hija, sin omitir ningún detalle y sin darles falsas esperanzas de la recuperación de la misma. Advirtieron también a ésta que, en el supuesto de que saliera del coma, la niña tendría unas secuelas impredecibles y que se fueran mentalizando que no volvería a ser la misma persona de antes.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pasados esos dos meses y medio, un buen día despertó sin más. Y se confirmaron las predicciones de los médicos. Ya no era la misma. Para empezar no conocía a nadie. Su personalidad había cambiado de manera radical. Ahora no hablaba, ladraba. Ahora no andaba normal, quiero decir que no andaba como todo el mundo, sino a cuatro patas. Ahora cuando estaba contenta no se reía, sino que sacaba la lengua y movía una cola invisible. Y cuando iba al baño para hacer pis, bueno, ya saben las costumbres de estos animales... En fin, estas y otras actitudes tenían desconcertado al equipo médico. Nunca se habían encontrado con un caso parecido, después de un accidente de estas características. En el Clínico estuvo tres meses, que fueron un calvario para el personal que la atendía. Los enfermeros se vieron obligados a atarla a la cama, debido a que cuando Gabriela se enfadaba, al primero que se le acercaba le atizaba un mordisco en el primer sitio que pillaba. Esto, unido a que aquel caso, escapaba a sus conocimientos, contribuyó a que tomaran la decisión de trasladar a la paciente a otro Hospital más cualificado, en este tipo de lesiones neuronales.</div>
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El Hospital elegido fue uno que había en la misma ciudad de Zaragoza, cuyo nombre era y sigue siendo Praxis. Allí estudiaron su caso en profundidad. Le hicieron todo tipo de pruebas: Análisis psicológicos, neuropsiquiátricos, escáneres, rayos, ecografías, etc... Toda una serie de especialistas muy cualificados la examinaron a conciencia. Y después de muchas reuniones para intercambiar impresiones entre ellos, llegaron a la conclusión de que no sabían qué hacer ni a quién acudir. Estaban desorientados con aquel caso, a la vez que llenos de mordiscos por el mal humor de la paciente.</div>
<div style="text-align: justify;">
Un día acertó a pasar cerca de la habitación de la joven, en visita a un familiar, un guarda de la Perrera Municipal que, al oír un ladrido, creyó reconocer a alguien por él muy querido. Entró en aquella habitación, de donde procedían aquellos sonidos tan familiares y comprobó que sus sospechas eran infundadas; pero al darse la vuelta para marchar, la enferma volvió a ladrar. Entonces, el cuidador ya no tuvo dudas. Allí, tendido en la cama, estaba su perro Godofredo dentro de la niña. El chihuahua que murió en aquel desafortunado accidente en la avenida Hispanidad. Esteban, que así se llamaba el cuidador, se le echó encima y se fundieron en un caluroso abrazo. Por su parte, el perrito, quiero decir Gabriela brincó de la cama y se puso a dar saltos de alegría alrededor de su antiguo dueño. A darle lengüetazos. A menear la cola. A ladrar... ¡Ay! Qué felicidad encontrar de nuevo a un viejo amigo, al que ya se le consideraba perdido para siempre. Una vez se saciaron el uno del otro, Esteban puso en conocimiento de los especialistas del Hospital, su descubrimiento. Pero no le creyeron. Para demostrarles que lo que él decía era cierto, tuvo que recurrir a una serie de trucos que el guarda había enseñado Godofredo. Hay que decir que Esteban, además de trabajar para la Perrera Municipal, entrenaba a los perros policías especializados en la lucha antidroga. Después de hacerle pasar a Godofredo por las diferentes pruebas, a las que Esteban le sometió, los médicos ya no tuvieron dudas al respecto. Ahora la disyuntiva era qué se debía hacer, porque esto ya se les escapaba de sus competencias -dijeron los facultativos- . Entonces Esteban contestó:</div>
<div style="text-align: justify;">
−No se preocupen. Este problema es de mi ámbito. Yo sé lo que se tiene que hacer. Hay un exorcista canino en Badalona que es una pasada. Se llama Gottman y es uno de los mejores en su especialidad, aunque es un poco caro...</div>
<div style="text-align: justify;">
Después de oír todo lo que Esteban tenía que decirles, llamaron a la familia de la joven para ponerles al corriente de la buena nueva. Una vez lo hicieron, el padre de la chica repuso:</div>
<div style="text-align: justify;">
−Lo que haga falta para curar a mi hija. Y si es necesario, venderemos la casa para pagar a ese exorcista, no me importa lo que cueste, quiero lo mejor.</div>
<div style="text-align: justify;">
Al día siguiente dieron el alta a la joven. Ya no tenía sentido que siguiera ingresada en aquel Hospital. Sus padres se la llevaron a casa y, una vez toda la familia dio su consentimiento por escrito, para seguir aquel proceso, empezaron el trámite burocrático. El primer paso fue pedir permiso a la Sociedad Protectora de Animales, pues este tipo de prácticas tenían que estar muy bien documentadas. Y así lo hicieron. Día a día fueron dando los pasos necesarios para la consecución de los deseos de toda la familia de Gabriela, del equipo médico y de Esteban. Una vez cumplimentados todos los requisitos, convinieron en coger cita para que le practicaran el exorcismo a la chica poseída por el chihuahua Godofredo. Llegado el día, se personó el exorcista en la casa de Gabriela.</div>
<div style="text-align: justify;">
Era un día extrañamente oscuro. La calle estaba entre tinieblas. La luz de una farola mortecina, luchaba a brazo partido por iluminar el umbral de la puerta. Hacía frío. De repente, alguien tocó el timbre de la casa. Abrieron la puerta y, el padre de Gabriela preguntó:</div>
<div style="text-align: justify;">
− ¿Qué se le ofrece?</div>
<div style="text-align: justify;">
−Soy la exorcista Gottman, −respondió una voz de pito que salía de una figura que apenas se le adivinaba entre las tinieblas.</div>
<div style="text-align: justify;">
−Creí que usted era del género masculino, con ese nombre... –adujo el dueño de la casa.</div>
<div style="text-align: justify;">
−Sí, ya se lo dije a mis padres −repuso la señora−. Que por cierto, era “Culé”, pues tenía un hijo jugando en el Barça. Y este fue el motivo por el que una vez sanada, Gabriela se volviera más Barcelonista que Artur Mas. Tenía su habitación decorada con los colores, símbolos y fotografías de su equipo preferido, el Futbol Club Barcelona.</div>
<div style="text-align: justify;">
Baltasar, que así se llamaba el papá de la poseída, hizo pasar a la exorcista al salón y, una vez que se sentaron en el sofá, la puso al corriente de los pormenores de Gabriela. Seguidamente, la Sra. Gottman subió a la habitación de ésta y cerró la puerta tras de sí. Pasaron las horas en las que de la habitación salían ruidos de golpes, palabras gruesas, vómitos, cristales rotos, etc... Los padres estaban atemorizados por aquel escándalo, la verdad. Era ya de madrugada, cuando salió la catalana con los pelos de punta, la cara desencajada y los ojos desorbitados. Se sentó y dijo:</div>
<div style="text-align: justify;">
− ¡Jo! Esto costará más de lo que yo pensaba. Pero no se preocupen, por mis muertos que esto lo arreglo yo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Transcurrieron tres meses y medio, hasta que los efectos de sus conjuros, cánticos, danzas, pócimas y brebajes empezaron a ejercer su efecto. La pobre señora Gottman estaba ya en las últimas. Si la cosa hubiera durado un poco más, a la que hubiesen tenido que internar era a ella. Pero en fin, quiso Dios que todo terminara con bien y ahora Gabriela ya miccionaba de forma natural como corresponde a todas las personas de su género. Y por lo demás, también. Aunque le quedaban algunas secuelas de su posesión, como era un pequeño goteo en la nariz, que mantenía a ésta húmeda y fría. Llegado el día del total restablecimiento de la chica, viendo que su presencia ya no era necesaria, la señora de Badalona decidió marchar a su tierra, y así se lo hizo saber a Baltasar. Éste le preguntó cuánto era lo que le debía por sus servicios. A lo que ella adujo que no, que no quería nada, pues consideraba que lo que se llevaba, era más valioso que su propio trabajo (Esteban y la exorcista se hicieron íntimos)... Pero sí accedió a que le pagasen el mejor siquiatra particular al que iría nada más llegar a Barcelona. Al despedirla en la puerta, Baltasar observó que, mientras se alejaba, de vez en cuando hacía una paradita para rascarse una pierna con la otra, a la vez que emitía unos sonidos extraños con la boca, mirando a la luna. Pero no le dio importancia a este hecho, debido a que siempre había pensado que las personas que se dedicaban a los exorcismos, eran un poco extravagantes…</div>
</div>
<div>
<br />
<b> FIN</b></div>
ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-35451891162459160452014-03-31T01:49:00.001-07:002014-12-03T02:42:37.896-08:00OCÉANO Y MARGARITA<h2>
ABRIL DESCEREBRADO</h2>
<span style="font-size: large;"><br /> ATECEA publica nueva entrada en su proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, os dejamos el cuarto cuento desarrollado con JULIÁN MENDI.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgseFJ3VURvD6j5SoJ4K88WjemrFkfs-bJd15jMOrVcdUYtfFnvRMvFLjsjbN-7M1PbGn0NnAkgDzru3PJy73dymJePX_GFdGYXH3vUbd8nLtcc5UMoDJokz6lXADBoh_Bd3R9W1rNoGUzo/s1600/JULI%C3%81N+MENDI.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgseFJ3VURvD6j5SoJ4K88WjemrFkfs-bJd15jMOrVcdUYtfFnvRMvFLjsjbN-7M1PbGn0NnAkgDzru3PJy73dymJePX_GFdGYXH3vUbd8nLtcc5UMoDJokz6lXADBoh_Bd3R9W1rNoGUzo/s1600/JULI%C3%81N+MENDI.jpg" height="200" width="150" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Julián Mendi</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<br />
<h2>
OCÉANO Y MARGARITA</h2>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Le pregunté si se estaba emocionando y ella contestó que sí, que había pasado mucho y había derramado muchas lágrimas. Nos sentamos los tres, su marido ella y yo en el sofá de madera de haya. Le dije que me contara lo que pasó y ella empezó a relatarme su historia de esta manera:</div>
<div style="text-align: justify;">
−Conocí a Océano, mi marido, en un día maravilloso. El sol brillaba en lo alto del cielo. No había ni una sola nube. Era primavera y los campos estaban en flor. Yo estaba en un alto que se llama cerro del Piskerra en las Bardenas Reales de Navarra, desde donde podía otear cualquier presa. Hoy todo aquello es un paisaje desértico, pero en aquella época era un mar al que yo iba todos los días para bañarme y cazar. Recuerdo que estaba medio dormida por el calor cuando, de repente, oí un chapoteo en el agua. Me desperté sobresaltada y allí estaba él. En un primer momento me asusté al ver allí, tan cerca de mí aquel pez tan grande pero, cuando me habló con aquella voz suya tan sensual, en ese mismo momento sentí que mi corazón se disparaba a cien, me enamoré de él. Me dijo:</div>
<div style="text-align: justify;">
−Hola, ¿tú qué eres? Yo soy un delfín natural de Valtierra, soy comunista y me gusta bailar, ¿Y tú, de dónde eres tú?</div>
<div style="text-align: justify;">
A lo que yo contesté:</div>
<div style="text-align: justify;">
− ¡Eh, eh! No tan deprisa, una pregunta detrás de otra. Yo soy un águila real y las águilas y los defines no se hablan. Pero en fin, por hoy haremos una excepción. Yo soy de Villafranca, no soy comunista pero también me gusta bailar.</div>
<div style="text-align: justify;">
A lo que él respondió:</div>
<div style="text-align: justify;">
−Pues oye, ya que a ti y a mí nos gusta bailar, ¿podríamos quedar para ir al baile? ¿Qué te parece si vamos este fin de semana a la discoteca?</div>
<div style="text-align: justify;">
A lo que yo aduje:</div>
<div style="text-align: justify;">
−No sé qué decirte, si me ven en el pueblo con un delfín se reirán de mí.</div>
<div style="text-align: justify;">
−Ya sé lo que haremos−dijo él−, me disfrazaré de águila y ya no tendrás ningún problema, ¿vale?</div>
<div style="text-align: justify;">
Y así lo hicimos y, lo pasamos tan bien que a partir de aquel domingo nos veíamos todos los días en las Bardenas Reales y los fines de semana íbamos a bailar. La gente se preguntaba en el pueblo qué clase de águila era aquella tan rara que bailaba conmigo pero, todos pensaban que venía de un país extranjero y, por lo tanto, era normal que fuese de otra especie de águilas. Con el paso del tiempo nuestro amor fue creciendo, hasta que un día, Océano me propuso matrimonio. A lo que yo contesté que no podía ser porque éramos de otra especie y, los que son de otra especie nunca pueden casarse ni tener pollitos. Entonces, él me contó que en el fondo del mar, en una cueva que hay en el barranco de las Cortinillas, vivía una bruja que se llamaba Drúsula (la morena) a la que le explicó nuestro caso y ella le contestó que nos podía ayudar, pero que eso tenía un precio y que tendríamos que firmar un contrato para asegurarse el cobro de la deuda que íbamos a contraer con ella. Yo no podía creerme aquello pero, aún así, Océano y yo quedamos un día para bajar a la cueva submarina de Drúsula. Tenía curiosidad por conocerla. Llegado el día, bajamos y, una vez en su presencia, nos dijo que el encantamiento tenía una caducidad que podía oscilar entre 15 a 20 años. Nos dijo que el precio de transformar a Océano en águila era que yo perdería mis alas cuando el encantamiento desapareciera. La vieja morena nos dijo también que siempre había deseado tener un par de alas como las mías y, si queríamos formar una familia y tener pollitos, ese sería el precio. Le dijimos que nos diese un poco de tiempo para pensarlo y después de una semana, nos presentamos los dos en su tenebrosa caverna decididos a dar el paso. De modo que firmamos el contrato que nos tenía preparado, después del cual dio de beber una pócima a Océano. Nos explicó que en el transcurso de aquella noche ocurriría el “milagro”. Ilusionados volvimos a casa y, a la mañana del día siguiente nos vimos en la cima del cerro del Piskerra como siempre pero, aquel día fue completamente diferente, porque allí donde yo siempre me ponía a tomar el sol a la espera de una presa, estaba Océano convertido en una preciosa águila real.</div>
<div style="text-align: justify;">
Después de dos años y medio de noviazgo, hicimos los preparativos para la boda pero, un buen día recibimos una carta del Ministerio del Interior del gobierno de Navarra diciéndonos que Océano tenía que hacer el servicio militar, advirtiéndonos de que si no se presentaba sería dado por prófugo y encarcelado. Así que no tuvo más remedio que ir. La realizó en el ejército del aire. Mientras tanto, nos cogimos una buhardilla en el ático de un roble en la Selva de Irati para cuando venía de permiso tener un poco de intimidad en nuestro nidito de amor... Aquel año que estuvo en el servicio militar, las cosas habían cambiado a peor en el Parque. No había caza, no había trabajo, no había nada de nada. De modo que nos propusimos emigrar a Zaragoza porque me había dicho una amiga que en el asunto laboral estaba mejor aquí. Hicimos las maletas, empaquetamos los muebles, alquilamos un águila montacargas y nos mudamos a este árbol del Parque del Actur en el cual estamos viviendo. Enseguida Océano empezó a trabajar en una empresa de cristales para gafas que se llamaba "Indo" y después, nos casamos. La celebración fue muy hermosa, la recuerdo con mucho cariño. Fue en Villafranca donde nací, rodeados de todos nuestros seres queridos, ¡ay, qué tiempos aquellos!</div>
<div style="text-align: justify;">
Los años pasaban sin sentir, la felicidad era tal que todas las dificultades pasaban sin dejar rastro en nosotros. Tuvimos dos polluelos, macho y hembra. Océano fue cambiando de trabajo pues los tiempos eran malos para todos pero, nada nos importaba con tal de estar juntos. Mientras tanto, nuestra principal afición seguía llenándonos la vida de satisfacciones. Era el baile. Nos apuntamos en una academia para aprender bailes de salón en la Estación del Norte. Estuvimos 5 años y de vez en cuando teníamos exhibiciones. En la escuela hicimos grandes amigos que, aún hoy nos vienen a ver después de todo lo que pasó. Fue un día en el que se unió la mala suerte con una serie de acontecimientos encadenados. Siempre lo recordaré, era un 30 de Mayo. A las cuatro de la tarde de un domingo. Recuerdo que aquel día teníamos una exhibición de baile precisamente. Comimos, cogimos las bicicletas porque el día era bueno para ello y pensamos que llegaríamos antes debido al tráfico aéreo. Ocurrió que, al cruzar un paso cebra de águilas en bicicleta, un dragón come fuegos chocó de frente contra Océano. El golpe lo desplazó 15 metros por el aire y fue a dar con la cabeza contra la acera. En fin, cómo explicarte el susto que me llevé. Su cuerpo estaba completamente paralizado, yo creía que había perdido a mi marido. Estuvimos en todos los Hospitales de Zaragoza pero en ninguno de ellos nos daban esperanzas de recuperar a Océano. Entonces, en aquella situación tan desesperada, una noche soñé que un hombre muy anciano que decía llamarse Gottmann desde una cueva me decía con voz susurrante: “ven a mí que yo curaré a tu marido. Ven a la montaña que yo lo sanaré”. Al día siguiente le conté a una enfermera del Hospital San Juan de Dios el sueño que había tenido y me dijo que ese anciano existía en realidad, que vivía en Badalona al pie de las montañas y era un ermitaño muy sabio… De modo que hice todos los preparativos para llevar hasta allí al padre de mis pollitos. Estaba dispuesta a todo con tal de recuperar a Océano.</div>
<div style="text-align: justify;">
Un 28 de Junio nos presentamos delante de aquel ermitaño. Tenía un aspecto venerable aunque un poco escaso de ropa, al vernos, nos dijo que nos estaba esperando. Después del sueño que tuve, no me extrañó nada. Nos dijo también que no iba a ser fácil pero, que estaba convencido de poder sanar a Océano y, que sería imprescindible mi intervención. Me busqué un arbolito de alquiler cerca de la caverna del ermitaño para poder acudir todos los días sin falta. Y así fue pasando el tiempo, en el que sufrí lo indecible viendo a mi marido en aquellas condiciones. Solo me mantenía en pie aquellas palabras de esperanza que me regaló aquel anciano nada más verlo. Poco, muy poco a poco se iban notando los efectos de la sanación de mi marido. Mi hija venía de vez en cuando para ayudarme con su padre y darme ánimos pues yo estaba muy agotada. Cada avance, cada pequeño logro suponía para mí una gran alegría y me aportaban nuevas fuerzas. A los 4 meses de estancia en Badalona, el ermitaño nos citó para la mañana del día siguiente a Océano y a mí para hablar. Nos presentamos en su caverna a la hora establecida y nos invitó a sentarnos en un palito, lo hicimos y nos dijo muy seriamente:</div>
<div style="text-align: justify;">
−Señora Margarita, ¿Usted sabe que su marido no es un águila sino que es un delfín?</div>
<div style="text-align: justify;">
Yo le contesté que sí, que lo sabía. Y me preguntó cómo lo habíamos hecho, a qué magia habíamos recurrido para transformar a Océano en un águila. Yo le conté todo. Le dije lo de Drúsula y el anciano me escuchaba con atención. Al terminar de contarle mi relato, me dijo:</div>
<div style="text-align: justify;">
−Margarita, mucho me temo que lo que hemos conseguido hasta ahora es justo devolverle a Océano su antiguo aspecto y cualidades. Ya no podemos hacer más por él porque es ahora cuando él está en su normalidad y no antes. Firmasteis un contrato del que no podéis renegar y además, no os lo aconsejo porque, al parecer, esa bruja es muy poderosa. Yo os sugiero que aceptéis las cosas tal y como están y, os invito a valorar todos estos años en los que habéis sido felices disfrutando el uno del otro. Os invito también a que valoréis la fortuna de haber tenido dos hijos preciosos fruto de vuestro amor. Y también os recomiendo que a partir de ahora, os vayáis aceptando en vuestras diferencias, que serán muchas porque sois de diferente especie. Recuerda que tú, Margarita, eres un águila real y Océano un delfín.</div>
<div style="text-align: justify;">
A lo que yo aduje:</div>
<div style="text-align: justify;">
−Si bueno pero, ¿y la memoria? Todavía no puede recordar nada de nuestro pasado.</div>
<div style="text-align: justify;">
A lo que el anciano contestó:</div>
<div style="text-align: justify;">
−Los peces tienen una memoria de pez, Margarita. Esa es su naturaleza. Anda, vuelve a tu casa con tu marido y sé feliz.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esto fue lo último que nos dijo el ermitaño. Al día siguiente regresamos a casa y, de esta manera hemos vivido hasta hoy. Esta es mi historia. Sé que nosotros lo quisimos así pero, no puedo dejar de llorar al recordar lo felices que fuimos cuando éramos dos águilas reales normales y podíamos volar los dos juntos. Pero dígame−me preguntó Margarita después de un momento de silencio−, ¿quién es usted? A lo que yo respondí:</div>
<div style="text-align: justify;">
− ¿Su marido cree en Dios? </div>
<div style="text-align: justify;">
−Antes no pero, después del accidente no deja de rezarle…</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_PLHVwV6Kf7-I1O6fQttWJpH7wZY3wd5OmgK0-qKAWCzwjLTjtweZQGClbY_Oc1e0XXq9jbMGSr7RLvgOUao6g-uthHKUaj9xq5Oj67hmSkegO95Pw8EQbIes0NkTm28jL57xsCiC0lH2/s1600/IMG-20140519-WA0002+%5B640x480%5D.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_PLHVwV6Kf7-I1O6fQttWJpH7wZY3wd5OmgK0-qKAWCzwjLTjtweZQGClbY_Oc1e0XXq9jbMGSr7RLvgOUao6g-uthHKUaj9xq5Oj67hmSkegO95Pw8EQbIes0NkTm28jL57xsCiC0lH2/s1600/IMG-20140519-WA0002+%5B640x480%5D.jpg" height="179" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi80oARILXWg35HVGEQTaCJ7xt6S1Dav3kKNmjzgAwEgtELdeOOP9jgtWOZOkmZYrzYxglVqFEyz9XF-LWQJrsnGle5efatB556XRnwT0f-b2DzfCcErEjPDJ7Tbj-MjEbe8q_MRN31bBBx/s1600/ANGEL+JOVEN.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi80oARILXWg35HVGEQTaCJ7xt6S1Dav3kKNmjzgAwEgtELdeOOP9jgtWOZOkmZYrzYxglVqFEyz9XF-LWQJrsnGle5efatB556XRnwT0f-b2DzfCcErEjPDJ7Tbj-MjEbe8q_MRN31bBBx/s1600/ANGEL+JOVEN.jpg" height="200" width="150" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ilustrador Angel Joven</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<br />
<div>
<b> FIN</b></div>
ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-33886850704131377082014-03-13T04:01:00.000-07:002014-12-03T02:43:04.920-08:00LA PANTERA Y SU SOMBRA<br />
<h2>
MARZO DESCEREBRADO</h2>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhn5akiGbtBj1WvXd073woVwzHluEIYSPwiC41iNF9qlgnfZh-tBFy0pv5yLnicwz4SRkdx4wcLQQVCwjxa-IVXVHHbA9gUWQImDMmMUgzGOLC_7CDm1_s4oYDc_E8bJp3swwzrFpwz3VHB/s1600/Judith_gonzalez_y_venancio_rodriguez_cuentos_descerebrados_atecea+%255B640x480%255D+%255B320x200%255D+%255B320x200%255D.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhn5akiGbtBj1WvXd073woVwzHluEIYSPwiC41iNF9qlgnfZh-tBFy0pv5yLnicwz4SRkdx4wcLQQVCwjxa-IVXVHHbA9gUWQImDMmMUgzGOLC_7CDm1_s4oYDc_E8bJp3swwzrFpwz3VHB/s1600/Judith_gonzalez_y_venancio_rodriguez_cuentos_descerebrados_atecea+%255B640x480%255D+%255B320x200%255D+%255B320x200%255D.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Judhit Gonzalez y Venancio Rodriguez</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<h3>
<span style="font-size: large;">ATECEA publica nueva entrada en su proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, os dejamos el tercer cuento desarrollado con JUDITH GONZALEZ.</span></h3>
<br />
<h2>
LA PANTERA Y SU SOMBRA</h2>
<div style="text-align: justify;">
· Érase una noche de perros. Una de esas noches de invierno en las que una espesa niebla te impide ver más allá de un metro a tu alrededor. La luna se ocultaba detrás de unas tenebrosas nubes negras. Cuatro canes se disponían a salir de caza. Sombra, su compañero sentimental y dos amigos más. Eran jóvenes, pletóricos de vida, estaban alegres y hacían bromas. Sombra no, no bromeaba, ella presentía que algo terrible estaba a punta de ocurrir. Presentía que aquella noche iba a cambiar su vida y estaba inquieta. Si por ella fuera, se hubiese quedado en la cueva con sus padres, pero la dictadura del hambre la obligó a salir. Los cuatro se dirigieron a la ciudad. Entraron a un polígono industrial y empezaron a rebuscar en las basuras. Sombra encontró una bolsa repleta de restos de comida y ladró a sus compañeros para que participaran del festín. De repente, se oyó en el silencio de la noche que una puerta metálica se abría. Una figura humana con una escopeta en las manos se vislumbraba en la lejanía y detrás de ella, una luz amarillenta hacía resaltar aún más su figura. Sonó un disparo en la oscuridad y los cuatro perros salieron de estampida muertos de miedo. Se enfilaron calle abajo a todo correr pero, al llegar a un cruce de calles, la niebla y las prisas iba a cambiar el curso de sus vidas en ese mismo momento. El graffiti en la pared de un paisaje les confundió. Pensaron verdaderamente que se trataba de sus queridas montañas y, a toda velocidad se dirigieron hacia ella. Aunque el choque fue tremendo, solo uno de los canes salió mal parado del encontronazo, Sombra. Quedó allí tendida sin conocimiento. Los otros tres perros salieron huyendo a trancas y barrancas como pudieron. Pensaron que estaba muerta su compañera y la dejaron allí.</div>
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· Sombra era una perra de raza Pastor Alemán. Estudiaba cocina y su sueño era tener algún día su propio restaurante. Le gustaba la buena comida basura y comía con apetito. Después de haberse saciado, siempre sentía remordimientos por haber comido tanto, pero no podía evitarlo, era superior a sus fuerzas. Esto la llevó a tener algo de sobrepeso, lo cual la acomplejaba y hacía que no se gustase a sí misma. Este factor influía negativamente en su relación con los demás miembros de su especie, haciendo que ella misma se aislara del resto de sus congéneres. Tenía un perrito de raza schnauzer de mascota. Su nombre era Rayko, al que quería con todo el alma. A Sombra le gustaba la música reggae, las rastas, bailar, los animales, la playa, el sol, la lectura... Sobre todo le gustaba las leyendas de vampiros salpicadas de mordiscos. romances imposibles con final trágico. ¡Qué bien! -se decía-. Cuánto disfrutaba con aquellos amores imposibles. En el fondo, Sombra era una romántica a la antigua usanza.</div>
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· Cuando Sombra despertó de aquel tremendo golpe en la cabeza contra la pared, no se acordaba de nada. Ni siquiera se acordaba de ladrar. No sabía quién era ni de dónde venía, de lo único que se acordaba era de su mascota Rayko. Tampoco podía moverse, todo su cuerpo estaba paralizado. Al cabo de un tiempo, acertó a pasar por allí una pantera que, al ver a Sombra tendida en el suelo mal herida sintió compasión por ella, la recogió y se la llevó a su casa.</div>
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· La pantera se llamaba Sol. Cuando Sol se presentó con Sombra en su lomo, sus padres le recriminaron con gran dureza pero, ellos sabían que no tenían nada que hacer porque conocían perfectamente a su hija. Sabían que cuando a Sol se le metía algo en la cabeza, no había nada que se le pusiera por delante. De modo que, toda la familia se pusieron manos a la obra para curar a aquella podre perra de sus heridas. Mas, después de haber puesto en práctica todos los conocimientos en cuanto a golpes en la cabeza se refería, la familia de Sol viendo que Sombra no mejoraba a pesar de todo, pensaron en llevarla a un chamán que ellos conocían en una aldea a orillas del mar. De modo que, al día siguiente,hicieron todos los preparativos pertinentes para el viaje. Sol dejó de lado su carrera, su cómoda vida y se fue a Badalona con su abuela Doña Caridad. Cuando llegaron a la aldea, llevaron a Sombra al curandero para que la viera. Se llamaba Guttmman y era un animal de lo más extraño. Nada más verla, ya sabía lo que le pasaba a Sombra. Les dijo que estaba poseída por un espíritu retrógrado a consecuencia de un suspiro cráneo encefálico. Al oír aquello, Sol y Caridad se quedaron más tranquilas al comprobar, in situ, que aquel animal, a pesar de su excéntrico atuendo, utilizaba un léxico propio de un gran chaman y esto les hacía confiar en sus conocimientos científicos en cuanto a enfermedades neurológicas se refiere. Les dijo que, aunque él podía curarla, no podía asegurarles en cuánto tiempo, pues aquel tipo espíritu retrogrado era muy poderoso y le costaría mucho sacarlo de la cabeza de Sombra, con sus encantos, pócimas, ungüentos y bailes. Sol le dijo que no había problema, que hiciera todo lo que estuviera en su mano por curar a Sombra de sus males y que no reparara en el coste del mismo. De modo que la dejaron ingresada en la choza- hospital del hechicero Guttmman y se fueron a buscar una habitación en una cueva albergue de alquiler, pues preveían que la cosa iba para largo. Y así fue, dos meses estuvieron en Badalona,Sol y Caridad. No dejaban a Sombra ni un momento sola. Desde la mañana a la noche estaban con ella. Día tras día, la mejoría de Sombra se hacía más patente. De vez en cuando se la llevaban a dar un paseo por la playa cuando su estado de salud lo permitía. Una vez acabado el tratamiento, el chamán les dijo a las dos panteras que el espíritu que poseyó a la perra, al irse, se había llevado con él el recuerdo de Sombra. Y que a partir de ese momento empezaría una vida que, quizá no tuviera nada que ver con la que había llevado hasta ese momento. Pero que no se preocuparan - les dijo-, porque la vida es un continuo cambio y eso, hay que aceptarlo de buen grado, pues nunca sabemos lo que es mejor para nosotros. El día de la despedida, el chamán pronunció un conjuro para que tuvieran suerte; y así fue. Desde aquel momento, Sol y sombra fueron más que hermanas. Fueron como la cara y la cruz de una moneda que, aunque opuestas, las dos se complementan.</div>
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FIN</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQSssxaSzAxCLhuTZaJhWu9T8onD9JEm7C4lGOihyphenhyphenxwQSidzBY-r17OeW6PWamH0CSRA8urhJiP_7d0Rkm67Tg-2nGdaN10H-hkj-1xgtsXn80ya-s0p_AeNgYFC111D5V1jVtdDF_gdZg/s1600/IMG-20140404-WA0002+%255B640x480%255D.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQSssxaSzAxCLhuTZaJhWu9T8onD9JEm7C4lGOihyphenhyphenxwQSidzBY-r17OeW6PWamH0CSRA8urhJiP_7d0Rkm67Tg-2nGdaN10H-hkj-1xgtsXn80ya-s0p_AeNgYFC111D5V1jVtdDF_gdZg/s1600/IMG-20140404-WA0002+%255B640x480%255D.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi80oARILXWg35HVGEQTaCJ7xt6S1Dav3kKNmjzgAwEgtELdeOOP9jgtWOZOkmZYrzYxglVqFEyz9XF-LWQJrsnGle5efatB556XRnwT0f-b2DzfCcErEjPDJ7Tbj-MjEbe8q_MRN31bBBx/s1600/ANGEL+JOVEN.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi80oARILXWg35HVGEQTaCJ7xt6S1Dav3kKNmjzgAwEgtELdeOOP9jgtWOZOkmZYrzYxglVqFEyz9XF-LWQJrsnGle5efatB556XRnwT0f-b2DzfCcErEjPDJ7Tbj-MjEbe8q_MRN31bBBx/s1600/ANGEL+JOVEN.jpg" height="200" width="150" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ilustración Ángel Joven</td></tr>
</tbody></table>
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ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-76818221440188897912014-02-12T01:42:00.000-08:002014-12-03T02:40:35.685-08:00 REUNIÓN, LA GACELA BLANCA<h2>
FEBRERO DESCEREBRADO</h2>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8d4og_eL05CQk9aq1oUbCFEuOJ-HM9jyfIZE3Rjzz90qAWizHv-hf7lbWKdh-np8NanTPd5g68YqcaZ5b2Jcr4b47f-e57QUvnsOSf8MRBkc6hpv31SU_cBvhIJ71_Ibe3X4d9xGqlJ0u/s1600/javier_ca%C3%B1adas_y_venancio_rodriguez_cuentos_descerebrados_atecea+%5B640x480%5D+%5B320x200%5D.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8d4og_eL05CQk9aq1oUbCFEuOJ-HM9jyfIZE3Rjzz90qAWizHv-hf7lbWKdh-np8NanTPd5g68YqcaZ5b2Jcr4b47f-e57QUvnsOSf8MRBkc6hpv31SU_cBvhIJ71_Ibe3X4d9xGqlJ0u/s1600/javier_ca%C3%B1adas_y_venancio_rodriguez_cuentos_descerebrados_atecea+%5B640x480%5D+%5B320x200%5D.jpg" /></a></span></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">Javier Cañadas y Venancio Rodriguez</span></td></tr>
</tbody></table>
<b><span style="font-size: large;">ATECEA publica nueva entrada en su proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, os dejamos el segundo cuento desarrollado con JAVIER CAÑADAS.</span></b><br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 0px;">
<br />
<h2>
<span style="background-color: transparent; color: #222222; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><span style="font-size: large;">REUNIÓN, LA GACELA BLANCA</span></span></h2>
</div>
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Había una vez una gacela blanca como las nieves del Kilimanjaro. Que fue un triunfador en todo, aunque en todas las cosas que se propuso fracasó. Y, ¿cómo puede ser esto? ¿Cómo puede ser que alguien sea un triunfador habiendo fracasado en todo? Os preguntareis sin duda alguna. Bien, si seguís leyendo con atención el relato que os voy a contar, enseguida lo comprenderéis.</div>
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Se llamaba Reunión la gacela, era macho y era un príncipe, aunque él no lo sabía. Todas las hembras se lo rifaban. Mas él, nunca movió un solo dedo por conquistarlas. Solo tenía que ser él mismo y todas se le rendían a su paso. Aunque le faltaba seguridad en sí mismo, tenía todos los triunfos en sus manos. A pesar de que era introvertido y callado, poseía un mundo muy rico en su interior. Tenía cuatro hermanos, dos hembras y dos machos. Entre todos, cinco hijos como cinco soles, como solía decir Doña Nave, que así se llamaba su madre. Su padre se llamaba Don Mástil. Don Mástil era militar de alta graduación: recto, riguroso, marcial, cumplidor férreo de sus deberes y su máximo deseo era que sus hijos también lo fueran. No solo porque considerase que el servicio a la patria como el honor más alto que puede ostentar un ser vivo, sino porque la vida militar no era tan luchada como la vida civil, aunque a simple vista pudiera parecer lo contrario, ¿verdad? Doña Nave, que era famosa por sus sabios refranes y dichos, siempre solía decir que aunque los militares estaban para luchar, la vida misma era una lucha continúa por la supervivencia. Y por lo menos, en la vida militar tenías el pan asegurado. La verdad es que Doña Nave era toda una señora. Buena esposa, buena madre, amante de sus hijos, respetuosa con lo ajeno... En fin, a Doña Nave todo el mundo le profesaba un enorme respeto. Su más alta aspiración era mantener a la familia unida, incluso el día en el que ellos ya no estuviesen allí para protegerlos. Ella se encargaba de adoctrinarlos en la fe ancestral de sus antepasados y en darles una educación para que el día de mañana se pudieran defender en la sabana...</div>
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La familia de Reunión siempre vivió en casas militares en Tanzania, rodeada de militares, con compañeros cuyos papás eran militares, con saludos militares, con trajes de color militar, ruidos militares, trompetas militares... La verdad es que todos los hijos estaban hasta la coronilla de aquella vida y esto fue lo que los abocó hacia otras profesiones para disgusto de Don Mástil. </div>
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Como Reunión era una gacela de carácter metódico, se decantó por los números. Y comenzó a estudiar la carrera de Perito Mercantil, la cual abandonó cuando ya solo le quedaba un curso para terminar. Sin saber a ciencia cierta el origen de aquella actitud tan indiferente hacia su futuro, cuando todos los compañeros de su edad ya lo tenían claro, él no encontraba nada que le llenase. Vivía como ausente del mundo. El tiempo iba pasando y los padres de Reunión, en silencio, se desesperaban viendo que su querido hijo no terminaba de encontrar un sitio en la selva en el que él pudiera encajar. Hasta que por fin, cuando Reunión rondaba los 27 años de edad se enamoró hasta las trancas de una linda gacela. Su nombre era Trastorno y tenía una voz maravillosa que cautivó el corazón de nuestro indeciso galán. Ella berreaba en una coral y estudiaba Ballet clásico en la escuela de danza más prestigiosa de La Sorbona en donde solo podían entrar las figuras más destacadas de la farándula. Él la seguía a todas partes cuando ella actuaba y cuando no, también. Estaba tan enganchado, sentía tantos celos de los machos que miraban a su hembra con ojos de deseo, que no la dejaba ni a sol ni a sombra. Habían hecho todo tipo de proyectos de su vida en común, en los que entraba casarse y tener un montón de crías.</div>
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Reunión empezó a tomarse en serio los consejos que le daban sus padres. Aquellos consejos que tantas veces le habían repetido y que tantas otras no les había prestado atención. Pero ahora era diferente, ahora estaba su novia y esto era algo por lo que valía la pena luchar. Si quería vivir con ella, tenía que ganar dinero para poder mantener a su propia familia como todos los de su especie habían hecho durante generaciones.</div>
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Pero, aquella desconfianza por parte de Reunión hacia su amada, iba a ocasionar que el corazón de Trastorno se fuera enfriando poco a poco. Y aquí empezó el calvario de nuestro joven. Cuando estaban juntos, ella ya no le demostraba tanto afecto como antes. Y en el mejor de los casos, le ponía excusas para no presentarse a la cita acordada y otras veces, ni siquiera se presentaba sin más explicación. Reunión no pudo soportar aquella tensión, aquel desinterés por parte de Trastorno y, un aciago día se le rompió el corazón. Empezó a decir y hacer cosas que en él no eran habituales. Sus padres preocupados al ver aquel cambio tan drástico en la forma de ser de su hijo, lo llevaron enseguida al mejor hospital Veterinario que encontraron. Allí le diagnosticaron que sufría un ataque agudo de poesía. Los ataques agudos de poesía, para el que no lo sepa, se caracterizan entre otras muchas cosas, en que los animales que la padecen se quedan por largo tiempo contemplando a la luna, escriben largas poesías melancólicas, les da por viajar, caminar mucho y se hospedan en las mejores cuevas de la sabana africana… Esto fue la puntilla para que Trastorno se decidiera a romper la relación amorosa que mantenía con su pareja. Ahora le producía miedo estar a solas con él y esto era superior a sus fuerzas...</div>
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Como las desgracias nunca vienen solas, al poco tiempo murieron sus padres. La vida continuó. El mundo seguía girando sin inmutarse a pesar de que el corazón de Reunión estaba hecho pedazos. Qué falta de respeto tiene la vida por el dolor de sus criaturas -se decía para sí Reunión- . Él hubiese deseado bajarse del mundo a sufrir el calvario de tanta perdida. Pero allí estaban sus hermanos para ayudarle a sobreponerse. Entre todos le buscaron un trabajo por cuenta ajena en un zoo para que pudiera distraerse pero, cuando el jefe se percató del problema del joven, aduciendo la primera excusa que le vino a la mente, lo echó. Después entró a trabajar en un circo que poseía su hermana para ejercer las funciones de contable, gacela de los recados y de almacén. Allí estuvo hasta que un día, pasado mucho tiempo, al sacar la basura de su casa, se le apareció su madre envuelta en una nube y le dijo: </div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
−Hijo mío, no sufras. Lo estás haciendo muy bien. Pero aún te queda algo muy importante por hacer. Tú naciste para mantener a la familia unida. Hijo mío no sufras más y acepta tu vida tal y como es, con amor. Es mejor así hijo mío querido.</div>
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−Mamá, mamá querida, llévame contigo −le contestó Reunión.</div>
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−No hijo mío, todavía no es el momento. Antes se tiene que cumplir tu destino. Yo he regresado para avisarte de lo que va a suceder y para que supieras que tu padre y yo estaremos siempre contigo hasta el final. Entonces, Doña Nave le contó todo y desapareció.</div>
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<br /></div>
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En ese mismo momento, Reunión cayó al suelo. Cuando despertó, estaba tendido en la cama de un hospital. Le dijeron que debido a un aneurisma cerebral había tenido un ictus que le dejó paralizado medio cuerpo. Toda la familia estaba allí. Y así siguieron días tras día y año tras año, unidos en torno a Reunión. Y cuentan los que les conocieron, que en todo momento se apoyaron unos a otros y fueron muy felices viviendo en una piña.</div>
<div style="text-align: center;">
FIN</div>
<br />
<div style="text-align: left;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXx8UrgvKSukAzqgoJVHX6yUJTlL34kTTBlBVxTLKR_8gSl1uWQON5DQX88fqc6ukQ6SrZWw2H5pip5jgQWpqDPjLnlwoKfffvbaw3E7G6JQxgxTAYsirtM7PAwbiisHWz2sWvtc4uSEFE/s1600/IMG-20140214-WA0001.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXx8UrgvKSukAzqgoJVHX6yUJTlL34kTTBlBVxTLKR_8gSl1uWQON5DQX88fqc6ukQ6SrZWw2H5pip5jgQWpqDPjLnlwoKfffvbaw3E7G6JQxgxTAYsirtM7PAwbiisHWz2sWvtc4uSEFE/s1600/IMG-20140214-WA0001.jpg" height="191" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi80oARILXWg35HVGEQTaCJ7xt6S1Dav3kKNmjzgAwEgtELdeOOP9jgtWOZOkmZYrzYxglVqFEyz9XF-LWQJrsnGle5efatB556XRnwT0f-b2DzfCcErEjPDJ7Tbj-MjEbe8q_MRN31bBBx/s1600/ANGEL+JOVEN.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi80oARILXWg35HVGEQTaCJ7xt6S1Dav3kKNmjzgAwEgtELdeOOP9jgtWOZOkmZYrzYxglVqFEyz9XF-LWQJrsnGle5efatB556XRnwT0f-b2DzfCcErEjPDJ7Tbj-MjEbe8q_MRN31bBBx/s1600/ANGEL+JOVEN.jpg" height="200" width="150" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ilustrador Ángel Joven</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
</div>
ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1240511321950476429.post-72111214669766153392014-01-11T04:22:00.000-08:002014-12-03T02:39:56.319-08:00 RE-QUIQUE-PÍ EL EXTRATERRESTRE<div style="text-align: justify;">
<h3>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-weight: normal;">ENERO DESCEREBRADO</span></h3>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuk1TZe8NOy3FMGp_PMpelRxcanZBMRtlWK-ezNYWp0AisCfhFrfloiEVGCWxinNvswG4HftfihyStAOJlbkJh4eGgrL2iuAAaYWKe_DMbiOHmtT5qZPx2TlMoOEn5W6oQGc3UJCccc-vz/s1600/andres_lopez_y_venancio_rodriguez_cuentos_descerebrados_atecea+%5B640x480%5D.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuk1TZe8NOy3FMGp_PMpelRxcanZBMRtlWK-ezNYWp0AisCfhFrfloiEVGCWxinNvswG4HftfihyStAOJlbkJh4eGgrL2iuAAaYWKe_DMbiOHmtT5qZPx2TlMoOEn5W6oQGc3UJCccc-vz/s1600/andres_lopez_y_venancio_rodriguez_cuentos_descerebrados_atecea+%5B640x480%5D.jpg" height="180" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Andrés López y Venancio Rodriguez</td></tr>
</tbody></table>
<h2>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: large; line-height: 115%;">ATECEA comienza nuevo proyecto CUENTOS DESCEREBRADOS gracias a la colaboración de Venancio Rodriguez, el cuál junto a usuarios de nuestra Asociación, darán a luz historias en formato cuento, los cuales narrarán vivencias, sueños e ilusiones que viven o han vivido nuestros usuarios. Ilusionados con el proyecto, os dejamos el primer cuento desarrollado con ANDRÉS LOPEZ.</span></h2>
<div>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: large; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<h3>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><b>RE-QUIQUE-PÍ EL EXTRATERRESTRE</b></span></h3>
<h2>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><b></b></span>
</h2>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: small; line-height: 115%;">Había una vez un planeta muy, muy lejano. Que estaba habitado por unos
seres muy, muy extraños. Seres cuyo aspecto era fantástico, no solo por sus
dimensiones pues medían más de 20 metros de altura, sino por otras cualidades
extraordinarias, tales como que eran capaces de trasladarse a la velocidad de
la luz, podían crear cientos de mundos de la nada y hacerlos desaparecer a su
antojo con solo utilizar su pensamiento. El aspecto físico era también sorprendente:
caminaban con un solo pie, solo poseían una mano, un solo ojo y una sola oreja.
Como solo poseían la mitad de los sentidos y de extremidades, la
naturaleza consideró oportuno dotarles tan solo con medio cuerpo para
ahorrarles un gasto innecesario de energías porque su verdadera actividad
la desarrollaban con la mente. En este planeta tan extraordinario vivía una
familia que, aunque no reunían unas cualidades fuera de lo normal en aquel
planeta, lo que les sucedió fue algo que
dejó tristemente sorprendidos a toda la comunidad extraterrestre. Resulta que el hijo menor de aquella familia,
estando durmiendo en su litera, se cayó de la cama de arriba. De tal manera
cayó, que antes de aterrizar en el suelo, se dio un golpe en la cabeza con la
mesita de noche y perdió la memoria. El hijo se llamaba Re-Quique-Pí, Quique
para los amigos. Esto era lo único que recordaba de su pasado, todo lo demás,
el golpe se lo arrancó de cuajo.</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: small; line-height: 115%;"><br />
</span><span style="font-size: small; line-height: 115%;">Sus padres, al oír aquel ruido tan
tremendo procedente de la habitación del más pequeño de sus vástagos, se
alarmaron y fueron rápidamente a su habitación para ver qué era lo que había
ocurrido. Al ver a su hijo inconsciente en el suelo, sangrando por la cabeza,
se temieron lo peor. Lo recogieron y
volando se lo llevaron al Hospital. Después de hacerle infinidad de
pruebas, los médicos comunicaron el diagnóstico a los padres de Quique.
Les dijeron claramente que su hijo, a consecuencia del golpe, sufría una
amnesia aguda con total perdida de la personalidad. Les dijeron también que la
ciencia no podía hacer nada por ayudar a su hijito a recuperar la memoria.
También les dijeron que cualquier día sin previo aviso podría recuperar su
pasado de una forma natural, aunque tampoco podían asegurarlo. Apesadumbrados,
los padres de Quique se lo llevaron a casa. Verdaderamente no sabían muy bien a
lo que se tenían que enfrentar. Aquella situación era completamente
nueva para ellos y eso les producía mucha ansiedad. Cuando Quique recuperó la
consciencia, no reconoció a sus padres, no reconoció a sus hermanos y tampoco
se reconoció él mismo. Desde aquel día, sus vidas cambiaron radicalmente. A
partir de aquel momento se esforzaron por todos los medios por acostumbrarse
a la nueva situación pero no podían. La situación les superaba, no ya por
ellos sino porque la vida en aquel planeta sin las cualidades que les eran
propias a los de su especie le sería imposible. De modo que, después de darle
muchas vueltas al asunto, con todo el dolor de su corazón decidieron
mandarlo al planeta Tierra y, una vez allí, darlo en adopción a la primera familia
que se encontrasen en el camino. Pensaron que dándole una nueva identidad en un
mundo no tan especializado como el suyo, tendría más oportunidades de
sobrevivir. Y si algún día recuperaba la memoria, siempre podría volver con
ellos y si no con saber que era feliz
allí, en aquel lugar tan distante, para ellos ya sería suficiente.
Sin más dilación, al día siguiente lo montaron en una nave y lo mandaron para
la Tierra.</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: small; line-height: 115%;"><br />
</span><span style="font-size: small; line-height: 115%;">Aterrizaron en una zona que
posteriormente pasaría a llamarse Éibar. Introdujeron a Quique en un huevo de
Dinosaurio del primer nido que encontraron para que, a partir de su nacimiento,
los papás Dinosaurios lo reconociera como suyo. Y así fue. Llegado el día,
salieron todos los dinosauritos del huevo y también Quique lo hizo. Peñasco y Flor, los papás Dinosaurios, lo
acogieron como si de su propio hijo se tratara, aunque era evidente que aquel
animalito era completamente diferente a los otros, ella pensó que sería a
consecuencia de algún error que la madre naturaleza había cometido. Sus
padres adoptivos no le dieron más importancia al hecho y cuidaron de él aún con
mayor dedicación, dado que lo consideraban el menos cualificado para la vida
que posteriormente tendría que llevar como Dinosaurio. Como digo,
desde el principio ya vieron Peñasco y Flor que Quique era diferente, pero a
medida que fue creciendo, esta diferencia se fue haciendo día a
día más evidente y los problemas con sus compañeros día a
día más palpables. De modo que, cuando cumplió los 11 años, decidieron
emigrar a otra zona donde no les conocieran. Pensaron que sacándole
de aquel ambiente donde creció, evitarían las futuras dificultades a la hora de
escolarizar a su pequeño. En el fondo, tenían un sentimiento mezcla
de vergüenza y de compasión por su hijo. Ellos hubieran deseado un hijo
fuerte y bruto con unos colmillos bien afilados como todos los de
su especie, pero la naturaleza quiso traerles a este ser débil que tanto
les hacía sufrir, ¡qué mala suerte que hemos tenido!-se decían en privado. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: small; line-height: 115%;">Se fueron a vivir a un lugar que mucho tiempo después se llamaría
Zaragoza. Allí lo inscribieron en el colegio Santo Tomás de Aquino que, según
decían, era uno de los mejores colegios en aquel entonces. No querían reparar
en gastos para que su hijo tuviera la mejor preparación posible para que se
pudiera defender en el futuro, cuando ellos ya no estuvieran allí para
defenderlo.</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: small; line-height: 115%;"><br />
</span><span style="font-size: small; line-height: 115%;">Al principio, los compañeros del
pequeño extraterrestre se burlaban de él y le gastaban bromas pesadas, pero,
con el tiempo, Quique se ganó el respeto
de todos sus compañeros porque demostró que aunque era el más débil de
todos y el menos cualificado para la vida salvaje, sin embargo, en el estudio
era el que más sobresalía de la clase. Los jóvenes de su edad siempre
le buscaban cuando querían que les solucionara algún problema que no
comprendían. Le invitaban a sus casas para que les explicara la lección del día
anterior o para preparar algún examen. En fin, enseguida se hizo muy
popular en el colegio por sus cualidades intelectuales y su buen corazón. Hay
que decir que la actividad cultural en aquel Centro era considerable y eso
ayudó en gran medida a que Quique cultivara su amor por la literatura. Allí
descubrió que sin moverse del sitio podía viajar con el pensamiento. Allí experimentó
que, sin moverse del sitio ni pagar billete alguno, podía viajar a la
velocidad de la luz. Allí se demostró a sí mismo que también podía
crear cientos de mundos diferentes y destruirlos en cuestión de
segundos solo con su deseo. Y todo esto lo descubrió cuando empezó a escribir y
a crear mundos imaginarios forjados solo con su mente. Le apasionaba
aquella actividad, se sentía en su salsa, era como una llamada desde el más
allá. Cuando se ponía a escribir se transformaba en otro ser que nada tenía que
ver con aquellos seres que decían ser su misma familia.</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: small; line-height: 115%;"><br />
</span><span style="font-size: small; line-height: 115%;">Aconsejado por sus profesores,
empezó a participar en concursos literarios, asistir a tertulias y frecuentar a
los mejores poetas de su tiempo. Incluso llegó a publicar un libro de poesías y
a ganar varios premios. En aquel entonces conoció a Margarita, una bella
Dinosaurio que posteriormente sería su esposa. Ella también compartía
con Quique su amor por la poesía y esta afición mutua los llevaba a
estar más compenetrados el uno con el otro.</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: small; line-height: 115%;"><br />
</span><span style="font-size: small; line-height: 115%;">Cuando terminó la escuela, Quique se
presentó a unas oposiciones de Bibliotecario en la Facultad
de Filosofía y Letras y las aprobó a la primera. Allí
podía demostrar todo su potencial por la memoria que poseía y por lo
minucioso de su carácter. Por otra parte este trabajo, además de tratar
con jóvenes estudiantes que siempre era
un placer, le dejaba tiempo para su verdadera pasión que era la escritura
y la lectura. Y allí tenía infinidad de libros en sus
manos para alimentar su imaginación
y para viajar a donde él quisiera sin moverse del sitio, ¡qué felicidad!
-Se decía. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: small; line-height: 115%;">Con el tiempo se casó con su amada Margarita y tuvieron dos lindos
Dinoextraterrestres. Ella trabajaba como profesora en un colegio y entre los
dos arrimaban a casa un buen dinerito que les permitía tener una vida holgada.
A pesar de que todo parecía ir a las mil maravillas, sin embargo, Quique seguía
sintiendo algo en su interior que le hacía pensar que no pertenecía a aquel
mundo. Cuando escribía sus poesías, él trataba de describir a ciegas
aquellos sentimientos, aquellos pensamientos que embargaban su
corazón y su mente. Aquellos sueños con seres extraños con
extraños poderes continuamente le perseguían...</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: small; line-height: 115%;"><br />
</span><span style="font-size: small; line-height: 115%;">El tiempo pasó de puntillas, dejando
sus típicas y cansadas marcas en sus cuerpos y en sus rostros. Quique y
Margarita se jubilaron a los 65 años. Habían pasado la mayor parte de sus vidas
juntos y se amaban profundamente casi sin saberlo. Sus hijos también formaron
sus familias y eran felices. Por cierto, pasados varios siglos, un descendiente
de Quique heredó sus facultades mentales. Y llegado el día en que un
meteorito chocó contra la Tierra, éste salvaría a los Dinosaurios de la
extinción convirtiéndolos en seres humanos. Más pequeños y mejor dotados para
la supervivencia en aquellas circunstancias tan duras. Pero esto ya es
otra historia.</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: small; line-height: 115%;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: small; line-height: 115%;">Parecía que ya solo quedaba esperar a que
el cercano final fuera lo más dulce posible. Pero ocurrió que un día
mientras dormía, Quique se dio la vuelta en la cama y se cayó al suelo. Se dio
un golpe en la cabeza y, en ese preciso momento, recuperó la memoria del
pasado. Se levantó y fue al cuarto de baño para mirarse en el espejo y, al
verse allí reflejado, no podía creer lo que estaban viendo sus ojos. Era como
si de la noche a la mañana hubieran pasado 100 años sin darse cuenta. Entonces,
pensó en Margarita y en ese mismo momento estuvo con ella. Pensó en sus hijos y
estuvo con ellos. Pensó en sus verdaderos padres y en un segundo se presentó en
su casa, en aquel planeta tan lejano y se abrazaron y lloraron juntos al verse
de nuevo. Y hablaron y hablaron largo y tendido hasta que todo quedo explicado
y comprendido. Después, volvió con Margarita a la Tierra pero no dijo
nada de lo que había sucedido, ¿para qué?, -se decía-. La voy a asustar sin
necesidad. Y así lo hizo.</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: small; line-height: 115%;"><br />
</span><span style="font-size: small; line-height: 115%;">A partir del momento en el que
recuperó la memoria, la vida de Quique se le hizo más fácil porque, a pesar de
tener un solo pie, una sola mano, un solo ojo, una sola oreja y medio cuerpo
podía utilizar la imaginación para suplir todas las carencias de su cuerpo. Y
esto era mil veces mejor -se decía.</span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: small; line-height: 115%;"><br /></span>
<span style="font-size: small; line-height: 115%;">FIN</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: small; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEEooIxa-SmSZWjnlwhDideNGqSdQn70vVUELAoziZsnd3fKGVdcL9fUsk44AvAwuYEn0jlZLJMoGpRFN_1eNpUhlXU-qwNpBatb30jNwwVqOifCofI3VniE0L3-6kKVDf0nVmgVZvp2gL/s1600/requique-pi.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEEooIxa-SmSZWjnlwhDideNGqSdQn70vVUELAoziZsnd3fKGVdcL9fUsk44AvAwuYEn0jlZLJMoGpRFN_1eNpUhlXU-qwNpBatb30jNwwVqOifCofI3VniE0L3-6kKVDf0nVmgVZvp2gL/s1600/requique-pi.jpg" height="320" width="238" /></a></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: small; line-height: 115%;"> </span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small; line-height: 115%;"> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi80oARILXWg35HVGEQTaCJ7xt6S1Dav3kKNmjzgAwEgtELdeOOP9jgtWOZOkmZYrzYxglVqFEyz9XF-LWQJrsnGle5efatB556XRnwT0f-b2DzfCcErEjPDJ7Tbj-MjEbe8q_MRN31bBBx/s1600/ANGEL+JOVEN.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi80oARILXWg35HVGEQTaCJ7xt6S1Dav3kKNmjzgAwEgtELdeOOP9jgtWOZOkmZYrzYxglVqFEyz9XF-LWQJrsnGle5efatB556XRnwT0f-b2DzfCcErEjPDJ7Tbj-MjEbe8q_MRN31bBBx/s1600/ANGEL+JOVEN.jpg" height="200" width="150" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ilustrador Angel Joven. Usuario de ATECEA</td></tr>
</tbody></table>
</span><br />
<span style="font-size: small; line-height: 115%;"> </span></div>
</div>
ATECEA ARAGÓNhttp://www.blogger.com/profile/10210006511451732682noreply@blogger.com2